Los cinco sentidos son comunes para todos los animales, pero Dios dotó al hombre y a la mujer con la capacidad de razonar lo que percibe, de esta forma hemos llegado a comunicarnos con tal precisión que podemos transmitir lo que aprendemos de una persona a otra, y pasar nuestros conocimientos de generación a generación.
Se podría decir que nuestro sentido más desarrollado es LA PALABRA (1). Gracias a ella inventamos la escritura, la imprenta, la radio, la televisión y por último los medios electrónicos. Todos estos medios de comunicación están basados en este simple estuche sonoro que tiene un significado en nuestra mente, y ya sea en el púlpito de una iglesia, predicando en la radio o escribiendo un artículo en la prensa… la Palabra de Dios es nuestra fortaleza; sin ella no somos más que címbalos que retiñen (2).
Estamos acostumbrados a ir a la Iglesia todos los domingos, y reunirnos en la semana para actividades cristianas. Nuestra vida gira en torno a la familia, el trabajo, el ministerio y la sociedad. Si de la noche a la mañana se interrumpe ese orden, y ya no están permitidas las concentraciones sociales –como de hecho está sucediendo- ¿Qué pasará con la Iglesia?
Para saber estas cosas, primero debemos saber lo que la Iglesia ES, Y NO ES.
La iglesia No es un lugar, un templo, una institución, un canal, una red, una academia, un púlpito, un micrófono, una membresía, un grupo, un medio, una organización. Todas estas cosas son parte de la Iglesia, pero ninguna por sí sola la describe… En cambio hay una palabra que sí conjuga el real significado de la Iglesia, esa Palabra que se sienta como una reinita en medio de una frase y le confiere todo el sentido que necesita: La Iglesia son los CREYENTES.
La iglesia son las personas, el cuerpo de Cristo (3), son aquellos que se juntan, no solo presencialmente, sino espiritualmente (4). ¿No le ha pasado acaso que cerrando los ojos en la Iglesia, se olvida de dónde está, y escuchando a sus hermanos cantar usted también comienza a hacerlo y se juntan con Dios en un mismo sentir, como si todos fuesen una sola voz? Eso se llama: Coinonía, y no se logra en un espacio físico ni mental, es un estado espiritual, que se ubica en un apartado rincón del alma, donde el COVID y su familia de Demonios no puede llegar.
La coinonía se puede alcanzar por la Radio, por la Televisión o en la Internet… No importa el medio, Dios rompe todas las barreras de la comunicación a través de la Palabra, fíjese cuántos miles de años han pasado entre usted, los profetas, Jesús y los Apóstoles, y aun así, cuando usted lee esa delicia que se llama Biblia, ya sea en formato Libro o una moderna APP… siente que Dios se coloca a su lado y con voz amorosa le susurra al oído cosas que adquieren un sentido particular en su vida, y que nadie más puede entender. Solo el Espíritu Santo y usted son cómplices en ese momento. Y allí en la intimidad, en el secreto latente de sus verdades… aparece Dios como un Padre, un hermano, un amigo… Un Salvador.
Por eso no han podido frenar el avance del Evangelio, porque la Palabra de Dios es inmune a todo virus, ningún Poder puede refutarla, ninguna cosa puede destruirla (5)… Y los que creen en ella obtienen la libertad para romper las barreras físicas de este mundo, y trascienden el tiempo convirtiéndose, de seres finitos –sujetos a la muerte- a seres eternos gracias al regalo de Jesús.
En muchas épocas de la historia la iglesia ha tenido limitaciones para congregarse, muchos cristianos fueron asesinados, y nunca la Palabra ha dejado de tener validez. Puede que una Gripe peligrosa llegue a enfermar nuestros cuerpos, pero no tiene el poder para destruir nuestra COMUNIÓN con Dios. Encontraremos la forma de agruparnos, ya sea usando las redes sociales, páginas web, llamadas, mensajería, cartas, señales de humo, y cuanta cosa sirva para expresar LA PALABRA y mantenernos unidos.
La Iglesia es Inmune a la Cuarentena, porque la hermandad no tiene forma, pero sí un indestructible significado.
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Marco Gentile
Presidente de la Fundación NotiCristo
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REFERENCIAS BÍBLICAS:
(1): En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Juan 1:1
(2): Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. 1 Corintios 13:1
(3): Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular. 1 Corintios 12:27
(4): Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos. Mateo 18:20
(5): No hay sabiduría, ni inteligencia, ni consejo, contra Jehová. Proverbios 21:30
