“Entonces uno de los criados respondió diciendo: He aquí yo he visto a un hijo de Isaí de Belén, que sabe tocar, y es valiente y vigoroso y hombre de guerra, prudente en sus palabras, y hermoso, y Jehová está con él.”
1Samuel 16:18 (RV)
David tuvo un corazón tierno y sensible a las cosas de Dios desde su niñez. Sufrió las presiones comunes de toda familia de esa época, y aun así, su firmeza de carácter afloraba frente a cada situación en la que se exponía. En cada tarea se forjaba en él un corazón obediente y fiel, independientemente de cuál fuera la asignación.
Gracias a que era pastor de ovejas, David tenía muy claro el concepto de liderazgo; él entendía perfectamente la responsabilidad que poseía ante su papá por el rebaño que le había confiado. Para ser fiel tuvo que enfrentar muchas veces a feroces osos y hambrientos leones. Te pregunto: ¿qué fieras estas enfrentando?
David no podía aceptar un pensamiento de fracaso o una actitud de derrota cuando luchaba con los osos o los leones. Debía mantenerse enfocado en que el resultado de su pelea era de victoria. Pensamientos mediocres nos conducen a la frustración, pero una actitud de fe nos lleva a la conquista de aquello que parece imposible. ¿Qué pensamientos estás teniendo ante la situación actual que estamos viviendo: de mediocridad, de fracaso, de derrota, o por el contrario, estas teniendo pensamientos de fe?
Era inaudito para David que todo un ejército temiera ante la vociferación de Goliat. Por supuesto, él tenía una manera de pensar muy diferente, sus pensamientos eran de fe y de confianza en su Señor. Él no permitió el temor en su corazón ni miró las circunstancias. David aprendió a fortalecerse en Dios pues fue entrenado con fieras salvajes más fuertes que el gigante Goliat.
“El hombre sabio es fuerte y de pujante vigor el hombre docto.”
Proverbios 24: 5 (RV)
La fuerza y el vigor pujante son cualidades que distinguen a un líder que practica la sabiduría. No es fácil ser procesados en la formación del carácter y ser disciplinados a la enseñanza genuina.
Los líderes que hoy día son reconocidos, lo son porque en tiempo de adversidad marcaron su historia con la disciplina y pese a los aparentes fracasos, mantuvieron pensamientos de edificación. Thomas Edison expresó: “No fracasé, solo descubrí 999 maneras de cómo no hacer una bombilla”. Yo veo que equivocarse casi 1000 veces es demasiado pero fue su perseverancia lo que lo catapultó a dejar huellas y que en la actualidad disfrutemos de los beneficios de tener bombillos en nuestros hogares. Este hombre vio todos esos fracasos como pequeñas piedrecitas para construir una montaña.
Tal vez dirás que tú no eres un científico ingenioso y que no eres el Sr. Edison, y yo tampoco lo soy; lo que quiero transmitirte es que perseveremos en buscar nuestras fuerzas en Dios y que persistamos una y otra vez en ver la victoria que Él nos otorga cuando volvemos nuestros rostros y nuestro corazón a sus promesas y a confiar que su amor no nos abandona porque estamos siendo forjados por Dios para lo mejor.
Por favor, pon tu mano en tu corazón y di: “Jesús, hoy quiero que mi carácter sea reemplazado por el fruto de tu Espíritu y que aunque esté en el taller del Maestro siendo forjado, sé que de allí saldré siendo un instrumento pulido para Tu honra con un corazón fiel a Tu llamado, obediente a Tu Palabra y lleno de Tu compasión. Que en mi vida no cale el temor, sino que tu perfecto amor sea mi escudo. Espíritu Santo obra en mí y permite que pueda reproducir en otros, la firmeza tuya ante la adversidad. Te amo Señor, en Cristo Jesús, amén.”
Haz que hoy sea un día de conquista. Entra en oración a Dios y experimenta su protección en tu vida y en la de tu familia.
Dios te bendiga.
Rubén D. Gañango
Pastor MCI Yaritagua
Departamento de Redacción NotiCristo