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Libna de Parra

Iglesia en tiempos de pandemia




Entrevista al Teólogo Harold Segura.


“Nadie había hecho un manual para la iglesia en tiempos de pandemia” empieza diciendo el pastor y teólogo Harold Segura, en ocasión de la entrevista concedida a NotiCristo, posterior a su conferencia virtual “Desafíos de la iglesia en el contexto de la crisis global” auspiciada por la oficina de Visión Mundial Venezuela. “Frente a la confusión, frente a la perplejidad y frente al desconcierto no hay manuales para seguir. El Señor nos dejó un único recurso: El Espíritu Santo”.


Harold Segura, se describe como Teólogo, lector curioso y escritor (a ratos). Salsero a ultranza. Y colombiano. A esa descripción podríamos añadir que es conferencista, Director del Departamento de Fe y Desarrollo de World Vision (Visión Mundial) para América Latina y El Caribe. Pastor desde 1980, teólogo y administrador de empresas. Ex-rector del Seminario Teológico Bautista Internacional (1995-2000). Escritor de “Teología con rostro de niñez. Una perspectiva teológica de la infancia” (Editorial CLIE), “Más Allá de la Utopía. Liderazgo de servicio y espiritualidad cristiana (Ediciones Kairós) y otros títulos sobre liderazgo, espiritualidad y misión de la iglesia.


Al preguntarle acerca de cuáles son los desafíos prioritarios que tiene por delante la iglesia en tiempos de pandemia, el teólogo explicó; “Tenemos por delante, al menos cuatro desafíos prioritarios: un desafío ético- social, un desafío eclesiológico, un desafío pastoral, y un desafío teológico.”


¿Cuál es el desafío ético y social de la Iglesia ante la crisis que atravesamos?


Esta crisis viene marcada por tres grandes tendencias que se recrudecen en medio de la pandemia: la primera es el aumento de la desigualdad social y de la injusticia económica; la segunda tiene que ver con el agravamiento de grandes males sociales, tales como violencia de género, violencia infantil, entre otros. Y la última que se refiere a la extensión de la agorafobia y al aumento de la xenofobia, segregación y supremacismo. Como Iglesia, necesitamos responder con una forma de amor práctico, que atienda a la necesidad física. Responder desde la cooperación, la unidad y el trabajo estructurado en redes, asociándonos a organizaciones de ayuda, para mostrar en la práctica nuestro mensaje de amor.


¿A qué se refiere el desafío eclesiológico del que habla?


Salir de los templos ha representado salir de una tradición de más de 100 años que giraba en torno al lugar de reunión. Y ha mostrado las costuras de las definiciones de la naturaleza de la iglesia, que en su mayoría incluyen la palabra “reunidos”. Hoy nos preguntamos ¿Qué hacemos con el templo si no regresamos en los próximos 6 meses a ellos? ¿Cómo definiremos a la Iglesia ahora si no podemos reunirnos? ¿Dejamos de ser iglesia por no reunirnos en un lugar? Hemos descubierto que podemos ser iglesia sin reunirnos. Y podemos funcionar perfectamente, cuidándonos unos a otros. La iglesia tendrá que redefinirse con la pandemia.


¿Cuáles son los retos que deberán asumir los pastores, como respuesta en medio de esta pandemia?


Parte de lo que la iglesia ha aprendido en este tiempo es que la función pastoral no es exclusiva del pastor, sino también de la comunidad de fe. Eso replantea el oficio y la función del pastor. Además, habrá que tener en cuenta algunas tendencias que añaden retos al oficio pastoral. Por ejemplo se habla de un reforzamiento de procesos tecnológicos en curso, y muchos pastores no están preparados tecnológicamente para la función pastoral. Además se habla del despertar de un gran interés por la ética y la moral, pero con una profunda crítica al moralismo tradicional sin acción. Los pastores tendrán que tener respuestas para eso. Al igual que para las preguntas existenciales y del sentido de la vida que la gente se está haciendo a partir de esta pandemia. El confinamiento dejará esas preguntas, y también una ventana abierta para responder desde el evangelio a ese tipo de interrogantes. El pastor debe estar preparado para ello.


¿Cuál deberá ser el énfasis teológico de nuestros mensajes, ante ese despertar de dudas existenciales?


La teología se puso de moda. La expectativa por la trascendencia, la religión y Dios, son temas que aborda la teología. Es vital que analicemos nuestros énfasis teológicos. ¿Qué estamos predicando? ¿Qué respuesta daremos al hambre, a la injusticia, o a la violencia? Debemos preguntarnos ¿Qué Dios mostramos en nuestros mensajes? ¿Nuestra teología anuncia juicio o esperanza?


¿Cómo puede responder la iglesia a esos desafíos, desde una posición eminentemente bíblica?


Para todos estos desafíos y preguntas, la iglesia solo puede responder de dos maneras: primero, con una alta responsabilidad por la misión asignada, estando a la altura del momento, como le dijo Mardoqueo a Ester (Ester 4:14). Que Dios nos ayude para ser instrumento en las manos de Dios, siendo respuesta, sirviendo a la gente, a las comunidades, y respondiendo a sus necesidades presentes y futuras. Y segundo, podemos responder con una dependencia total en el Espíritu Santo. Por encima de las reflexiones políticas, y económicas, hay que hacer una lectura de fe, con una actitud espiritual que nos haga mirar a las alturas, que es de donde viene nuestro socorro. Cuando se presenta el desconcierto, el miedo y las interrogantes, necesitamos acogernos al Espíritu Santo para estar a la altura, y para mirar a las alturas, porque de allí es que viene nuestro socorro.


Libna de Parra

Departamento de Redacción NotiCristo.






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