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Anahis Alvarado

Diálisis en Venezuela




De repente, una mañana abrimos los ojos, y tal como en una película de ciencia ficción, vimos un mundo sin tráfico, sin pasos apresurados y sin la sonrisa con un 'Buenos días'. El mundo entró en Cuarentena y la frase que más se empezó a oír fue: "Quédate en casa". Nuestros héroes ya no estaban en la televisión, sino en un hospital público o privado, arriesgando sus vidas más allá del confinamiento, cuidando y salvando a aquellos afectados por la pandemia.


Pero no son los únicos, una gran cantidad de personas también se expone cada día buscando el tratamiento que les es indispensable para mantener o mejorar su calidad de vida: son los pacientes renales, cuya condición de salud no deja de deteriorarse, y que aun en medio de la pandemia ameritan de terapia renal, o hemodiálisis.


La diálisis es un proceso que busca eliminar de forma artificial las toxinas de la sangre, cuando los riñones no pueden hacer su trabajo. Durante este procedimiento la sangre pasa a través de un tubo hasta un riñón artificial o filtro, llamado dializador. A medida que la sangre pasa a través de una parte del filtro, en la otra un líquido especial extrae los residuos de la sangre, dejándola lista para regresar al cuerpo.


En Venezuela, un país vulnerable ante las contingencias, por escasez de agua, fallas eléctricas, problemas de abastecimiento de gas doméstico y falta de efectivo, más de tres mil pacientes se someten a diario a este proceso, para mantener medianamente una mejor calidad de vida. La crisis atraviesa todos los sectores, y el sector salud no escapa de ello.


“Nos tapamos la boca pero no callaremos nuestro corazón” Sihana Torres, caraqueña de 33 años de edad, y paciente de hemodiálisis desde hace aproximadamente 7 años, se acomoda su tapabocas, y comienza con esta frase, su rutina diaria. Hace una oración de fe, acompañada de un familiar, y sale a su realidad que es la misma de muchos que también recurren a la hemodiálisis. En ocasiones, viaja hasta el centro médico sin nada en el estómago, con poco efectivo en los bolsillos y casi ninguna consideración del transporte público. Ellos se molestan por recibir el pasaje incompleto, y un carnet de Conadips no los hace más sensibles, ni evita que descarguen ofensas ante aquellos pacientes que tienen estos padecimientos.


Para colmo de males, estos guerreros sufren desde el año 2016, la escasez de medicamentos para pacientes pre y post trasplantados, soportando las consecuencias de la llamada crisis humanitaria. Al no recibir los medicamentos correspondientes ponen en riesgo el órgano trasplantado y en ocasiones la opción más oportuna es buscar otro centro de diálisis, o emigrar del país para buscar una oportunidad.


"Los pacientes que optamos por quedarnos, debemos sacar de nuestro bolsillo para comprar: gasas, inyectadoras, guantes estériles, alcohol, Gerdex, povidine, entre otros materiales que escasean en la mayoría de los centros de diálisis", expresa la paciente caraqueña, quien narra además, que la falta de mantenimiento para las máquinas de diálisis, infraestructura y mobiliario médico, hacen la atención cada vez más deficiente. De 4 horas que debe durar la interdiálisis, el paciente solo recibe a veces hasta tres horas, exponiéndolo a complicaciones, como retención de líquidos y toxinas. Todo esto sin hablar de la dieta adecuada y estricta que deberían llevar. Es una tarea difícil, cuando el presupuesto familiar es tan ajustado.


“Es por esto que, en nombre de todos los pacientes renales de nuestro país, hacemos un llamado a los entes de Salud y otros organismos competentes para que atiendan la situación que hoy viven tantos venezolanos. Puesto que, como lo afirma nuestra Constitución en su artículo 83: La salud es un derecho social fundamental, obligación del Estado, que lo garantizará como parte del derecho a la vida” dice Sihana.


La llegada del Covid-19 entre otras tantas situaciones, ha despertado el temor en los pacientes renales, pero a pesar de todo mantienen firme su fe, con una actitud optimista, confiando en que Dios es justo, y les dará las fuerzas para enfrentar las pruebas. De manera positiva, Sihana hace un llamado a ocupar la mente sabiamente, y nos invita a despertar conciencias y corazones, con el objetivo de ayudar a aquellos que lo necesitan.



Anahis Alvarado

Departamento de Prensa NotiCristo

HABLA CON DIOS; PREGÚNTALE CÓMO PUEDES AYUDARNOS...

(Romanos 10:14-15)

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