"Aunque pasamos muchas dificultades, no nos desanimamos. Tenemos preocupaciones, pero no perdemos la calma. La gente nos persigue, pero Dios no nos abandona. Nos hacen caer, pero no nos destruyen".
(2 Corintios 4:8-9 TLA)
La adversidad no es ajena a los seres humanos, ni siquiera a quienes hemos depositado nuestra confianza en Dios. Nuestro Padre celestial no desperdicia nada de lo que nos ocurre, más bien lo usa para “pulirnos”, para formar nuestro carácter y hacernos más semejantes a Él. Una persona que pasó por un proceso de adversidades indecibles, fue Job. Y desde sus expresiones, él nos muestra tres claves que usó para superar toda la adversidad que le vino.
Lo primero que hizo, fue acercarse más a Dios. Él dijo: “De oídas había oído hablar de ti, pero ahora te veo con mis propios ojos…” (Job 42:5-6). Job enfrentó la adversidad acercándose a Dios, y lo hizo con humildad y asertividad, pues reconoció lo que había hecho mal, y se arrepintió.
Lo segundo que hizo, fue anclar su esperanza en Dios. También dijo: ”Aunque Él me matare, en Él esperaré” (Job 2:9); y es que la esperanza lo mantuvo firme para no claudicar cuando lo que enfrentaba parecía interminable.
Por último, usó su integridad como guarda de su vida. Su esposa le preguntó: “¿Aún retienes tu integridad?” (Job 13:15), lo que nos indica que Job decidió no soltar su integridad aunque “podía” justificarse con la adversidad, si lo hacía.
La mejor forma para superar la adversidad, es imitar lo que hizo Job: Acercarnos a Dios en vez de aislarnos, convirtiendo nuestra esperanza en Él en una firme ancla, mientras llega la calma y, finalmente, haciendo de la integridad un guardián para nuestra vida.
La restauración del orden, la reivindicación y multiplicación de lo perdido, fue el resultado de Job. ¡Ese mismo resultado, también será el tuyo!
Rigoberto Venegas
Devocional: “Superando…”
Departamento de Redacción NotiCristo.