Entre la gente había una mujer que desde hacía doce años estaba enferma, con derrames de sangre, y que había gastado en médicos todo lo que tenía, sin que ninguno la hubiera podido sanar.
(Lucas 8:43 DHH)
Una mujer sin “rostro, ni nombre”, que estaba “entre la gente” con lo último de sus fuerzas, sangrando físicamente por la pérdida de su salud y sangrando en su alma, por las heridas provenientes del rechazo, las pérdidas de las posesiones, el dinero y la seguridad económica. ¡Había gastado toda la vida!
Pero esa mujer afligida, logró superar sus pérdidas, y en ella podemos tener un modelo, para superarlas nosotros también.
Tuvo conciencia de su realidad. No negó lo que enfrentaba, sino que lo asumió con entereza. Su realidad le hizo asumir el riesgo de intentar una solución, y fue tras ella.
No aceptó la pérdida. Ella no se rindió, ni aceptó sus pérdidas como el fin de todo. Se negó a aceptar que su vida estaba marcada para la derrota.
Recordó las promesas de Dios. El Señor había dado una promesa: “En Sus alas traería salvación” (Malaquías 4:2). Según la tradición judía, los flecos que usaban los Rabíes en sus mantos, mantenían presente dicha promesa. Ella se aferró a esa palabra.
Activó su fe. Pese a la pérdida, ella mantuvo viva la esperanza de su fe, y vio en Jesús su cumplimiento; por eso se acercó a Él. No se quedó en la idea, la puso por obra.
Gracias a estas cosas, ella recuperó su vida y su familia, fue reinsertada a la sociedad y a una relación de servicio fiel a Dios.
Ante la realidad de la pérdida, ¡No te rindas!, recuerda las promesas de Dios, y activa tu fe en función de la restauración que traerá a tu vida. ¡Él restituirá lo perdido, No te rindas!
Pastor Rigoberto Venegas
Devocional: “Superando…”
Departamento de Redacción NotiCristo.