Principios para pasar del confinamiento de la cárcel a la amplitud del palacio.
José había visto pasar trece largos años desde el día en que fue vendido como esclavo en Egipto, y más de dos inviernos injustamente encarcelado, pero en todo ese tiempo se mantuvo creyendo en los sueños de Dios para su vida, y esperando que un día las puertas de la cárcel se abrieran para disfrutar el cumplimiento de la visión. Estaba en la cárcel, pero seguía soñando con el palacio. Cuando le notificaron que saldría a ver al Faraón ese mismo día, se arrodilló con emoción para agradecer a Dios, porque había llegado el tiempo, y la puerta de la promoción se había abierto para él.
Hoy, muchos nos podemos sentir confinados en una cárcel, como José, esperando a que Dios abra puertas de oportunidades que nos conduzcan directo al avance que tanto hemos esperado. Y eso viene. Pero es necesario entender que antes de la promoción, Dios usa el confinamiento de la cárcel, como un tiempo de preparación, para que llegado el día, seamos aprobados para pasar al próximo nivel.
El día de su promoción, José no era el mismo que había llegado como esclavo a Egipto. Había sido transformado por los procesos de la vida. Había aprendido valiosas lecciones que proyectarían su vida hacia la grandeza. Esas lecciones, deben ser aprendidas por todos aquellos que aspiren avanzar de su actual estado de confinamiento.
Humildad: Todos los procesos que José vivió desde que fue vendido por sus hermanos, fueron parte de un plan diseñado para quebrar en él todo vestigio de orgullo. Antes del proceso, José era un muchacho arrogante, que se pensaba merecedor de la grandeza. La marca de ese tiempo de arrogancia, era la túnica de colores, con la que su padre le había exaltado. Por eso fue lo primero que le quitaron. Dios tenía que enseñarle de un modo práctico que la grandeza está en servir y que la humildad es prerrequisito de la honra.
Servicio: Servir en la cárcel, fue uno de los procesos más enriquecedores para José, y lo puede ser para ti también. Quizá no vivas en la casa que deseas vivir, o que no manejas el vehículo que quieres conducir, o que la gente que te rodea ahora, no sea la gente que quisieras a tu lado, pero necesitas cuidar y valorar tu prisión actual, porque es el lugar donde necesitas estar. Aprende a gerenciar bien tu cárcel, porque es la puerta por donde Dios te hará entrar a tu palacio. Aprende a servir a la gente que está a tu alrededor, ocúpate de ellos, ministra a sus necesidades. La mejor manera de servirles, es conectándote con sus sueños, como José. Pide a Dios revelación, y alienta los sueños de aquellos que serán tus promotores ante faraón.
Tiempo: José aprendió a hacer que su tiempo contara, y lo mismo debemos hacer nosotros. Lo importante no es cuánto tiempo ha pasado, sino que la cárcel tiene fecha de caducidad. No magnifiques el tiempo que te ha tocado esperar, es una situación pasajera. Los años de espera, bien valen la gracia y la sabiduría que ostentarás delante de tu faraón particular. El tiempo para ti no se debe contar en días o años, sino en experiencia y aprendizaje.
Apariencia Personal: Algo que debes recoger de la experiencia de José es que el atuendo de la cárcel, no será el mismo del palacio. A José la ropa le fue cambiada, y su apariencia transformada. En esta transición, Dios está interesado en cambiar hasta tu apariencia personal, pero no te afanes mucho por eso, porque cuando la promoción te llama, los vestidos nuevos aparecen. No te niegues a los cambios que la promoción exige. Antes del anillo en tu mano, viene la navaja a tu cabeza: Cambios a nivel mental. Prepararte para tu promoción implicará, no solo aceptar cambios de apariencia, sino también cambios en tu manera de pensar.
Comunicación: Cuando llegó el momento de presentarse ante Faraón, José aprovechó su oportunidad para evidenciar su sabiduría e idoneidad para el cargo vacante. Antes de empezar a hablar de él, o a quejarse de su condición, José se ocupó de reconocer a Dios como su fuente de gracia y sabiduría. Se aseguró de escuchar antes de hablar, Y cuando se le preguntó, respondió con seguridad, presentando su respuesta acompañada de una evaluación de la situación, y planteando también algunas soluciones. De este modo, estaba demostrando que estaba preparado para la promoción, y esta no se hizo esperar.
Desde aquel día, José se convirtió en el gobernador de Egipto, y administrador de toda la riqueza del emperador. Lo mismo sucederá contigo, si sigues confiando y esperando en la promesa del Señor, y preparándote ahora, en el tiempo del confinamiento en la cárcel, para saber cómo responder, cuando la oportunidad toque a tu puerta. Dios quiere tu avance, ¡Prepárate para tu promoción!
“He aquí que mi siervo será prosperado, será engrandecido y exaltado, y será puesto muy en alto.”
Isaías 52:13 RV60
Pastor David Parra
Centro Cristiano Estableciendo el Reino de Dios (CeCERDi)
Ciudad Bolívar, Estado Bolívar.
Departamento de Redacción NotiCristo.