“Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto”. Génesis 1:31
El artista se alejó un poco para apreciar el resultado final de su trabajo. Lo que tenía delante de sus ojos distaba mucho de ser la piedra bruta que alguien había traído en una carreta y depositado en las afueras del taller. En el bloque de piedra maciza, él había visto una hermosa figura. Y después de trabajar en ella, con pasión y dedicación, por fin había terminado y ahora se tomaba el tiempo para admirar la perfección de su trabajo.
“¿Cómo pudiste sacar algo tan fino de lo que era una roca tan rústica?” preguntó alguien, y él respondió: “Lo que ves ahora, fue lo que yo vi, antes de empezar a trabajar en ella, mi trabajo sólo consistió en retirar todo lo que no formaba parte de esta imagen.”.
Cuando Dios terminó su labor el sexto día, contempló su creación, y se admiró porque todo era “bueno en gran manera”. Es decir, todo era abundante, fértil, próspero, agradable y digno de festejar. De solo contemplarlo, producía: bienestar, alegría, y festividad. Todo era perfecto, porque se adecuaba totalmente a la imagen que tenía en su mente desde el principio.
Para poner orden en el caos, necesitas tener bien clara la visión y el diseño de lo que esperas lograr. Al final, será esa visión la que compararás, para apreciar completamente si el trabajo ha cumplido su cometido.
Aplicación:
Detente por un momento y escribe lo que esperas lograr en lo que ahora luce feo, desordenado, y caótico. (Relaciones, metas, matrimonio, familia, finanzas, negocio, ministerio).
La visión clara de lo que quieres lograr, marcará una ruta y un objetivo, para traer el orden divino, adonde ahora sólo se ve caos.
David Parra
“Trayendo orden al caos”
Departamento de Redacción NotiCristo