En medio del caos mundial, ocasionado por la pandemia, se convierte en una tarea difícil esperar del futuro algo positivo para nuestras vidas. No existe una pausa en los acontecimientos; las redes sociales y las noticias no dan tregua a la paz y tranquilidad, convirtiendo nuestro día en una molicie de culpa, depresión, desasosiego, y desconfianza. Al punto que nos preguntamos: ¿Vale la pena lo que estoy haciendo en este tiempo? ¿Estoy invirtiendo correctamente mis recursos, talentos y dones? ¿Qué puedo hacer para sacar provecho de esta situación? ¿De dónde puedo obtener la energía y el ánimo que necesito para lograr mis metas?
Si las respuestas a estas preguntas son desalentadoras, entramos en un ciclo que no tendrá un buen final. Es necesario buscar las respuestas de la fuente correcta. Y la única fuente de aliento y esperanza para un alma cansada y trabajada, es la Biblia, la palabra de Dios. El salmista David dijo: “Susténtame conforme a tu palabra, y viviré; y no quede yo avergonzado de mi esperanza.” (Salmos 119:116 RV60)
El Todopoderoso, Jehová nuestro Dios, tiene control de todas cosas. Y por su palabra puede sustentar nuestra esperanza. Si mantenemos nuestra mirada en Él, recibiremos sustento. Toda nuestra atención, nuestros pensamientos, y nuestra fe, deben ser enfocados en los recursos de Él, en las cosas de arriba (en los tesoros del cielo); Si esto hacemos, nuestra esperanza se fortalecerá al entender que Él puede encargarse de todos los asuntos que nos preocupan aquí en la tierra; todo lo que nos afecta, está bajo su control. Él sabe lo que nos beneficia, y también lo que nos conviene. Creer que Él no pierde el control de nuestros asuntos, nos asegura confianza y esperanza, y nos hace confesar con convicción: ¡Lo mejor está por venir!
Si parece estar cerrado el camino a la esperanza, entonces es el momento de seguir el ejemplo de Abraham, él se mantuvo "Esperando incluso cuando parecía cerrado el camino a la esperanza; Abrahán creyó que llegaría a convertirse en padre de muchos pueblos, según lo que Dios le había prometido: Así será tu descendencia." (Romanos 4:18 BHTI). Te ánimo a creer que Dios cumplirá cada palabra que ha dejado plasmada como una promesa en su palabra, para ti. Haz tuya está expresión: "Esperanza contra Esperanza" no te permitas más opciones sino "creer o creer" que hay un mejor futuro para tu vida en las manos de Dios. Él tiene planes de bien para ti, para darte un futuro y una esperanza (Jeremías 29:11).
Pero la clave de todo, está en enfocar tu mirada en las cosas del cielo, como lo dice Pablo: "Pongan el corazón en las realidades celestiales y no en las de la tierra." Colosenses 3:2 bhti En las realidades de la tierra, puedes ver escasez, enfermedad, y aflicción, pero en las realidades celestiales, ¡Nada de eso existe! ¡Allí no hay enfermedad, no hay escasez, no hay dolor, ni muerte! ¡El cielo es nuestra verdadera realidad, de allí vienen nuestros recursos!
¿Cómo podemos manifestar que nuestro corazón está en las realidades del cielo y no en las de la tierra? Cuando nuestro corazón está aferrado a la realidad celestial, nos concentramos en amar a Dios y a nuestro prójimo. Nos enfocamos en buscar con diligencia nuestro crecimiento espiritual, dedicamos tiempo a estudiar y entender la Palabra de Dios, a leer literatura cristiana que edifique nuestra esperanza, a escuchar prédicas, enseñanzas, y conferencias que desafíen nuestra fe, tomaremos nota de lo que Dios nos revele, y nos gozaremos, reiremos y agradeceremos, porque recibir las misericordias de Dios cada mañana, confirmará en nuestros corazones que nuestra esperanza es correcta, y que la veremos cumplida.
Cuando nuestro corazón se aferra a la esperanza en los recursos del cielo, aplicamos diligencia en ayudar a otros. La esperanza crece cuando nuestro corazón se inflama al servir a nuestros familiares, amigos, hermanos de la fe, cuando hacemos obras sociales en nuestras comunidades, sabiendo que cuando pensamos más en función de dar que en recibir, activamos los recursos del cielo a nuestro favor, y desatamos su bendición sobre nuestras vidas.
De manera que no hay nada mejor que la Palabra de Dios para llenarnos de esperanza: "Así que pongan sus preocupaciones en las manos de Dios, pues él tiene cuidado de ustedes." (1 Pedro 5:7 TLA) "En medio de todos nuestros problemas, estamos seguros de que Jesucristo, quien nos amó, nos dará la victoria total." (Romanos 8:37 TLA).
Si actuamos aferrados a la esperanza puesta en las cosas de arriba, "Cuando Jesucristo aparezca, hablará bien de la confianza que ustedes tienen en Dios, porque una confianza que ha pasado por tantas pruebas merece ser alabada." (1 Pedro 1:7b TLA)
Escriban esta promesa en sus corazones: “Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye.” (1 Juan 5:14 RV60)
Mantengamos nuestra mirada en los recursos divinos del reino celestial, allí está el respaldo de nuestra esperanza.
Pastor Jasser Monsalve
Iglesia Roca Viva
Ciudad Bolivar, Estado Bolívar.
Departamento de Redacción NotiCristo