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Marco Gentile

Adiós a los celos


Serie: “Los Celos”


Capítulo 5: Adiós a los celos


El amor es fuerte como la muerte; los celos son crueles como la tumba.

Salomón (970 AC-931 AC) Rey de Israel


Durante esta semana estuvimos hablando de manera intermitente al hombre y a la mujer. Ya vimos lo que significaban los celos, cómo se manifiestan y las mejores formar de enfrentar una relación tóxica…


No siempre es fácil salir de una conducta virulenta, que de tanto repetirla se transforma en un vicio, y nos acostumbramos a vivir con ella como si fuera normal. Las cosas que pasan -o dejan de pasar- se hacen comunes y corrientes, tanto, que parecen del mismo color a nuestros ojos, aunque para el resto del mundo sean fosforescentes y coloradas.



Si celas a tu esposo, a tu esposa, a tu novio, a tu novia… E incluso si celas a ese familiar o amig@ como si te perteneciera exclusivamente. Debes empezar a dar pasos para sanar tu mente y corazón, te sugiero que pienses en esta lista de 10 reflexiones:


1. Debo aceptar que los celos son egoístas, y no quiero ser egocentric@.

2. Nadie puede estar conmigo de manera obligatoria, debo ganarme su aprecio.

3. Si el caso fuera al contrario, y tuvieran sospechas de mí, ¿cómo me sentiría?

4. ¿Por qué me siento insegur@ acerca de esa persona?

5. ¿Puedo decirle todas mis preocupaciones a esa persona sin ofenderl@?

6. ¿Quiero que me hagan feliz, o quiero ser feliz y compartir ese sentimiento?

7. ¿Qué estoy haciendo para ser feliz de manera individual?

8. ¿Mi mundo es mi relación, o quiero que crecer para sentirme segur@?

9. ¿Dios gobierna mi conducta, o la gobierno yo?

10. ¿Quién es el dueño de mi corazón, esa persona, o Cristo?


Si te has planteado estas diez cuestiones de manera sincera, te darás cuenta que los celos son un obstáculo para vivir mejor, es mentira eso de que donde hay celos hay amor. Las parejas más felices son las que se convierten en amigos, y los verdaderos amigos se sacrifican y juegan el pellejo por sus amistades porque confían en ellos, cuanto más debes hacerlo con la persona que amas y comparte contigo la vida.


Y si en tu oído algunas personas están sembrando malas ideas, pasa sus palabras por el filtro de la verdad, no creas en toda sospecha sin confirmar, porque la Biblia habla de linsonjer@s que murmuran en tu oído con la sola intención de hacerte caer:


Tal es el hombre que engaña a su amigo,

Y dice: Ciertamente lo hice por broma.

Sin leña se apaga el fuego,

Y donde no hay chismoso, cesa la contienda.

Proverbios 6:19-20.


Como ya lo hemos dicho en los capítulos anteriores, los consejos de esta serie son para los celos infundados, es decir, celos que no tienen pruebas de infidelidad.


Vivir bajo la acechanza o la preocupación no es realmente una vida. Ambos puedes experimentar la plenitud de confiar su vida a otra persona, y verla sostenerla como a un tesoro.

Piensa en esto: Amar es dar, recibir solo es una consecuencia.

Trátal@ como quieres ser tratad@, y ten por seguro que no quedará sin recompensa.


Autor: Marco Gentile

Serie: Los Celos

Dpto. de Redacción NotiCristo


Dpto. de Diseño: @REDACTRONICA


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