¿Te has puesto a pensar alguna vez de dónde vienen los miedos y las inseguridades que experimentamos a lo largo de nuestra vida? Si reflexionas en eso, descubrirás que la gran mayoría de tus temores vienen, no de tu propia experiencia, sino de otros que estuvieron en posición de autoridad sobre ti (llámese padres, madres, abuelos, tíos, maestros, o tutores).
Tu manera de construir el pensamiento, para formar tus esquemas de valores, es influenciada directamente por los patrones de vida que recibiste en tu crianza. Pero, ¿cuáles de esos valores que recibiste en la infancia te ayudan a avanzar y cuáles te estancan?
Aquí sale a relucir lo que dice Pablo en Romanos 12:2 “…No se adapten a este mundo, sino transfórmense mediante la renovación de su mente, para que verifiquen cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno y aceptable y perfecto” Romanos 12:2 (NBLA).
Necesitas recalibrar todo lo que has aprendido, y pasarlo por el filtro de la Palabra de Dios para saber qué valores te impulsan y cuales te retienen.
Todo lo que pasa por tu mente necesita ser examinado a la luz de las Escrituras para poder adoptar un nuevo patrón de pensamiento y conducta que te ayudará, no sólo a seguir creciendo espiritual y emocionalmente, sino a ser exitoso de acuerdo a la visión de Dios: “… Que seas prosperado en todo así como prospera tu alma, y que tengas buena salud” 3 Juan 1:2 (NBLA)
Una vez que decides recibir a Cristo en tu vida, necesitas ser renovado, tal como dice el apóstol Pablo en 2 Corintios 5:17 (NBLA): “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron, ahora han sido hechas nuevas”.
A partir de llegar Cristo a tu vida, su Espíritu se ocupa de guiarte en la deconstrucción de tu propio ser, para llevarte a lo que Él quiere para ti, que siempre será bueno, aceptable y perfecto.
Tu tarea es ser intencional en tu propia relación diaria con Dios, para que Él a través de Su Palabra, te muestre lo que necesitas renovar. Algunas maneras en las que puedes llevar a cabo ese proceso son:
1. Lectura, reflexión y comprensión diaria de la Palabra de Dios
La mejor manera de renovar el pensamiento, es ingresando información nueva y correcta a tu mente. La Biblia es el pensamiento de Dios, cuando te nutres de esa mentalidad, tus patrones limitantes serán desplazados, para establecer en su lugar nuevas estructuras empoderantes.
2. Ejercicio permanente de oración
Esto implica hacerte consciente de la presencia del Espíritu Santo en ti y de la posibilidad que tienes de hablar con Él en cualquier instante. Orar no cambia tus circunstancias pero si te cambia a ti.
3. Hacerte sensible a la corrección
El amor de Dios no te va a dejar como te encontró. Sino que va a redimensionarte mediante su amorosa corrección. Él puede guiarte a través de personas maduras y sabias en la fe, y también a través de tus relaciones diarias, tus interacciones con tus semejantes, y por la instrucción que recibes en tu congregación.
Decide a partir de hoy tomar las acciones pertinentes para hacer lo que Dios te indica; renueva tu pensamiento, readáptalo a la voluntad buena, agradable y perfecta de Dios, y experimentarás una vida plena, renovada y con propósito.
Autor: Beverly Guevara
Diseño: Desiree Tarrío
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