¡Crearás! Con esta palabra y esta afirmación terminaba el capítulo anterior, y es que estoy segura que lo harás, porque Dios lo ha dicho, Él te capacita y está contigo. Jesús dijo “Todas las cosas son posibles para el que cree” Mateo 9:23; y tú has decidido creer:
Creer en ti, creer que Dios te ha dado virtudes, talentos y el potencial para lograr tus metas, creer en lo que estás haciendo, creer en el proceso y en sus tiempos, creer en que tus sueños e ideas se van a materializar, y creer que si te enfocas disciplinadamente lo lograrás.
Crear es un proceso, y hoy quiero que veamos algunas de las fases que probablemente tendrás que pasar al momento de hacerlo; bien sea iniciando tu emprendimiento, escribiendo un libro, realizando un viaje o haciendo posibles tus sueños.
Planear
En esta primera fase, ya tienes una idea, un proyecto en mente y una visión, ahora es momento de sentarse a pensar, organizar y presupuestar.
En Lucas 14:28 encontramos un versículo muy apropiado para esta situación “Supongamos que alguno de ustedes quiere construir una torre. ¿Acaso no se sienta primero a calcular el costo, para ver si tiene suficiente dinero para terminarla?”.
Esto aplica para todo en la vida, sobre todo cuando se trata de algo tan importante como ir tras tus metas. Tómate el tiempo de calcular qué recursos necesitas, plantéate objetivos, pregúntate cuál va a ser el orden de ejecución, en qué tiempo lo lograras, y establece cómo vas a medir tu avance.
Todo esto hace parte del proceso de planeación y es la base para empezar a crear.
Ejecutar
Una vez tengas tu plan de acción, ejecútalo. Claramente no va a suceder de un día para otro, porque recuerda que todo es un proceso; sin embargo, es importante que cada día hagas algo que te acerque a tu meta.
Escribe una página de ese libro, averigua donde puedes estudiar eso que sueñas, pinta, escribe el verso de esa canción, mejor dicho ¡Lánzate al ruedo! Solo tú sabes que pasos debes ir dando, así que empieza a hacerlo ya.
Perseverar
Cuando iniciamos un proyecto arrancamos con todo el entusiasmo y la motivación, sin embargo, muchas veces no llegamos ni a la mitad del camino cuando la gasolina se empieza a agotar.
Emprender no es fácil, correr tras tus metas no es sencillo, requiere esfuerzo, y, sobre todo, requiere perseverancia. Por eso mantente firme a tus convicciones, leal a ti, a tus ideas a tu proyecto.
Recuerda que Dios es quien renueva tus fuerzas cuando te cansas, el que te guía cuando te sientes perdido, él que te saca de las pruebas y de las circunstancias que quieren detenerte. Así que continúa creyendo y creando; disfruta el proceso, cada vez estás más cerca de tus metas.
Delegar
Es bueno reconocer que no puedes con todo, y mucho menos con todo al mismo tiempo; así que a medida que tu proyecto va avanzando debes darte cuenta que necesitas manos. Rodéate de personas que compartan tu visión, que sean un apoyo para ti, que te den consejo, que se encarguen de hacer eso que tú no puedes. Delegar es una manera de confiar.
Descansa y avanza
En el proceso de crear probablemente vas a sentir que no das más, y es normal tener ese deseo de rendirse y de tirar la toalla, sin embargo, recuerda que hasta Dios descansó, y esto no quiere decir que te detengas, al contrario, descansa mientras avanzas, y la mejor manera de hacerlo es entregando nuestra carga a Dios, dejando en sus manos lo que nos preocupa, lo que nos frustra, absolutamente todo lo que estemos pasando en ese proceso creativo podemos entregarlo a Él. Dios es el único capaz de tomar ese cansancio y transformarlo en gasolina para continuar.
Así que sigue adelante, continúa creyendo, continúa creando y confía ¡Dios está al control!
Serie: Cree y Crea
Autor: María Fernanda Quintero
Bogotá, Colombia
Diseño: Desiree Tarrio
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