En nuestro viaje espiritual, la fe desempeña un papel fundamental. Es el puente que conecta nuestro ser humano con lo divino, una fuerza poderosa que nos impulsa hacia adelante en busca de un crecimiento espiritual más profundo. La fe nos desafía a confiar más allá de lo que podemos ver y tocar, a creer en un poder superior que obra en nuestras vidas de maneras misteriosas y maravillosas.
En este segundo artículo de nuestra serie "Crecimiento Espiritual a Través de la Frustración," exploraremos cómo podemos profundizar en nuestra fe y cómo esta profundización puede llevarnos a un crecimiento espiritual significativo.
Al igual que Simón, cuya historia compartimos en el artículo anterior, todos enfrentamos desafíos y momentos de frustración en nuestra búsqueda de una fe más profunda. Pero es en estos momentos críticos que nuestra fe puede ser refinada y fortalecida de maneras que nunca hubiéramos imaginado.
Acompáñanos en este viaje mientras exploramos las estrategias y los principios que nos guiarán en el camino hacia una fe más sólida y un crecimiento espiritual transformador. Descubriremos cómo superar la duda, abrazar la incertidumbre y profundizar en la fe que nos llevará a aguas más profundas en nuestra relación con Dios. ¡Prepárate para un viaje espiritual que cambiará tu vida!
Superando la Frustración a Través de la Fe en la palabra que oyes
“Jesús subió al de Simón y le pidió que lo alejara un poco de la orilla. Luego se sentó y le enseñó a la multitud desde el bote. Cuando terminó de hablar le dijo a Simón: -Lleva el bote a aguas profundas y lancen las redes para pescar. Simón le respondió: -Maestro, estuvimos trabajando toda la noche y no pescamos nada. Pero si tú lo dices, lanzaré las redes.” (Lucas 5:3-5 Spanish PDT)
Me he sentido como Simón con Jesús en su barca. Después de sentirse frustrado por la falta de resultados en su empresa, decidió darle lugar a Jesús en su barca. Y un cambio imperceptible, y regenerador de la esperanza empezó a operarse en su corazón.
Lo que sintió Pedro, seguro tú lo has sentido también en algún momento. Es esa sensación de recibir la palabra que te sana, que te alienta, que te renueva, aún cuando los resultados no han cambiado.
El día sigue avanzando, y no hay nada que llevar al hogar, pero la Palabra que Jesús habla, quita el foco de mis propios problemas sin solución, y se produce algo indescriptible en el espíritu, que es como un bálsamo que calma tu ser. Que refresca todo el ardor que ha causado el sentimiento de fracaso, y hace que te renazca otra vez la esperanza, de que las cosas van a cambiar, que algo vendrá y será todo diferente.
Sientes el brotar de una semilla que renace, una expectativa de algo positivo que tendrá lugar. Aún no sabes qué es, pero sientes en lo profundo de tu ser que esa palabra que escuchas, que resuena en las paredes de tu barca, que antes estaban cargadas de desaliento, ha empezado a producir una transformación en tu situación, y entonces el fracaso ya no se siente tan fracaso, y vuelves a creer que aún hay oportunidad.
Cuando notas que la multitud se apretuja alrededor de Jesús para escuchar su mensaje, y experimentas el mismo deseo de escuchar sus palabras, porque hay un hambre que es evidente, no puedes negar tu barca para que Jesús entre, y rindes tu mando a él.
Cediendo el Control: Experimentando la Fe en Jesús
La barca es tuya, pero Jesús es el que ordena: “Retírala un poco de la orilla Simón” Y tú obedeces sin chistar, porque es Jesús, hay algo especial en él, tú lo sabes, y sabes que necesitas escucharle. Respondes obedientemente a su orden, porque te sabes privilegiado. Entiendes que a pesar que están allí las barcas de otros pescadores, Jesús ha elegido la tuya para declarar allí su Palabra.
Dejas que Jesús utilice tu barca como plataforma para enseñar a la multitud. Y como Simón te conviertes tú también en testigo de su enseñanza y de su poder. Porque puedes dar testimonio del bálsamo de su Palabra, el poder transformador ha empezado a operar una obra en ti, y no lo puedes negar. Hay algo especial sucediendo allí. Tu barca está siendo llena de una atmósfera diferente, ¡Qué bien se siente que Jesús esté en tu barca!
Si no lo has experimentado, necesitas dejarle entrar en tu barca. Entregarle el mando a él, dejar que él te dirija, para que puedas conocerle. En este punto se trata de quitar las restricciones. Aún no se trata de hacerte su discípulo, porque eso es un proceso y una decisión que vendrá luego de conocerle y de experimentar su poder sobre tu vida. Aquí se trata de escucharle, de vivir la experiencia de tenerle en tu barca, en tu casa, en tu lugar de trabajo.
Tienes que dejar que Jesús salga de los estereotipos donde lo habías limitado, y que entre en tu barca. Quizá, como Pedro, lo veas como el maestro que enseña, pero él quiere acercarse a tí como el amigo que tiene más para ti, que quiere venir a tu situación, y entrar en tu territorio de fracasos para transformarlo.
Quizá estés pensando en ordenar todo para que él pueda venir, pero él no necesita eso. Él va a venir al lugar donde experimentaste el fracaso en el pasado, y con su palabra lo va a convertir en el ambiente de tu próximo éxito.
¿Dejarías que entre en tu escenario de fracasos? ¿Le dejarías entrar a tu corazón roto por el dolor y la frustración? ¿Le darías acceso en tu bote familiar sucio, arruinado y que se siente como el lugar de tu peor fracaso? ¿Y a tu negocio, a tu sitio de labores, al lugar que se ha sentido últimamente en un bote de fracasados?
Te aclaro: No se trata de sólo recibir a Cristo, se trata de dejarle entrar y tomar el control, de decidirte a seguir sus instrucciones. Es posible que le hayas dado acceso a tu vida, pero aún no estés siguiendo sus instrucciones. Sin embargo, órdenes sencillas como: “Retira un poco la barca de la orilla”, sólo buscan medir tu decisión de seguir sus instrucciones.
Al igual que Simón, quien después de una noche de frustración en la pesca, cedió el control de su barca a Jesús, nosotros también debemos permitir que Jesús entre en nuestras vidas y nos guíe hacia aguas más profundas.
Crecimiento espiritual
A lo largo de este artículo, hemos explorado cómo la fe puede ayudarnos a superar la frustración, a través de la Palabra de Jesús y la obediencia a sus instrucciones. Hemos aprendido que no se trata solo de recibir a Cristo en nuestra vida, sino de dejarle entrar y tomar el control, de seguir sus instrucciones y confiar en su sabiduría.
A medida que profundizamos en nuestra fe y abrazamos la enseñanza de Jesús, descubrimos un poder transformador que opera en medio de nuestras circunstancias más desafiantes. La fe que viene por oír la Palabra de Dios nos impulsa a enfrentar la incertidumbre con valentía, a encontrar esperanza incluso en medio de la frustración, y a responder en obediencia porque confiamos en aquel que nos ordena volver a echar la red.
Jesús se quiere revelar a tu vida, por eso te invita a intentarlo de nuevo pero a su modo. Esto implica ir más profundo, pero también poner tu fe por obras. Necesitas confiar que la palabra de Jesús no solo es superior a tu frustración, sino también a las condiciones de tus circunstancias particulares.
En nuestro último artículo de esta serie, titulado "Resultados Extraordinarios: Los Frutos del Crecimiento Espiritual", que estará disponible el próximo viernes, exploraremos en profundidad la magnitud de los frutos que se pueden lograr cuando avanzamos en nuestro camino espiritual impulsados por la fe.
Pasaremos de la frustración causada por la falta de resultados a experimentar una cosecha milagrosa y abundante. Te invitamos a seguir explorando este tema con nosotros, ¡porque hay mucho más que descubrir!
Autor: David Parra
Diseño: Marco Gentile
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Mira los otros capítulos de la serie y mucho más en la sección de DEVOCIONALES
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