“La imaginación es el principio de la creación; imaginas lo que deseas, persigues lo que imaginas y finalmente, creas lo que persigues” George Bernard Shaw
Hemos estado hablando de la importancia de cuidar nuestros pensamientos, de cambiar nuestra perspectiva y de volver a creer: creer en nuestros sueños, en las promesas que hemos recibido y en nuestras capacidades, sin embargo, hoy quiero que nos preguntemos si creer sin crear ¿realmente vale la pena?
Entre creer y crear hay un gran espacio, cuando creemos vemos por primera vez aquello que queremos crear, empezamos a tener una visión tras la cual podemos correr y tenemos claro aquello que queremos conseguir; sin embargo, el espacio entre creer y crear no está vacío, justo allí hay algo que tú y yo tenemos, y esto se llama CREATIVIDAD. Tal vez al escuchar esta palabra pienses en diferentes personas menos en ti, piensas en ese amigo que escribe, que pinta, que es artista, que baila, en fin, vienen a tu mente personas talentosas que conoces, pero tú no te ves ahí, porque probablemente crees que creatividad y tú no son compatibles, y créeme, a mí también me pasó.
Sin embargo, hoy quiero recordarte que la creatividad no es necesariamente un talento, es un proceso. La capacidad de crear no fue dada solo a unos pocos, es una capacidad que todos tenemos, porque fuimos hechos a imagen y semejanza de un Dios Creador que nos permite crear, de manera distinta, esos sueños que Él mismo ha depositado en nosotros.
Cuando una persona cree, puede confiar en si misma, en su equipo y en Dios; cuando una persona cree, puede mantenerse firme ante las circunstancias y dar pasos de fe. Y es que crear requiere fe ¡mucha fe! Esa confianza y certeza en lo que no vemos nos permite avanzar, caminar y movernos. No se trata solo de creer y dejar todo a la deriva, se trata de recordar que “la fe sin obras es muerta”, y con esto me refiero a que es necesario que exista un querer para hacer.
Y es el mismo Dios quien produce en nosotros tanto el querer como el hacer, así que no podemos pretender crear sin Él. El primer paso en nuestro proceso de creatividad es estar cerca de Dios, buscarlo en oración, contarle nuestras ideas y proyectos, porque Él es el mejor consejero, el mejor guía, el mejor arquitecto de sueños. De Él, de su creatividad y de su gracia, vienen las mejores ideas y las mejores obras, por eso es importante recordar que separados de Él nada podremos hacer.
Así que ¡Recapitulemos! Es necesario creer para crear, necesitas tener una visión clara de eso que quieres conseguir, anótalo si es necesario y corre tras ello todos los días; y nadie ha dicho que correr sea fácil, esto requiere disciplina y esfuerzo, implica quitar eso que estorba y tener las convicciones claras. Y en ese proceso de avanzar planea, organiza e inicia eso que has soñado por tanto tiempo; y lo más importante, ora y cree que Dios conoce el anhelo de tu corazón, porque Él cumplirá su propósito en tu vida conforme a su Voluntad.
¡Vuelve a creer! si crees en ti, si crees en tus sueños y en los que Dios ha puesto en tus manos CREARÁS.
Serie: Cree y Crea
Autor: María Fernanda Quintero.
Bogotá Colombia
Diseño: Desiree Tarrío
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