Si el complejo del hermano mayor no se trata, corres el riesgo de llegar a situaciones terribles.
La orgullosa cabeza de Caín se hundió entre sus hombros, cuando el peso del enojo y la tristeza invadieron su golpeado corazón. ¡Era humillante ser superado por su hermano menor! ¿Cómo era posible que si él, como hijo mayor, habiendo heredado el honorable oficio de labrador que Jehová le había asignado a su padre, viniera a ser desplazado ahora por ese mugriento pastor, en que se había convertido su hermano Abel?
¡Qué amargura sintió Caín al sentirse desplazado! Y esa amargura no tardó en convertirse en enojo, y pronto el enojo dio paso al deseo de venganza. De repente ya estaba maquinando contra Abel, justificando sus intenciones homicidas.
Abel era culpable por la preferencia de Dios. Ese mocoso se había interpuesto ¡No tenía que estar allí! La idea de traer el fruto no había sido de Abel, sino suya. ¡Y Dios había preferido a la mosca muerta de su hermano menor!
En este punto, Dios le salió al encuentro para advertirle: “¿Por qué estás enojado y te ves tan triste? Si tú haces lo bueno yo te aceptaré, pero si haces lo malo, entonces el pecado te estará esperando para atacarte; te quiere dominar pero tú debes dominarlo a él” 1
La causa de no haber sido mirado con agrado al momento de la ofrenda no era Abel. No tenía nada que ver con su hermano. Era su pésima actitud, y sus malas acciones las que Dios había rechazado. Si hubiera hecho lo bueno, con una actitud adecuada, Dios hubiera aceptado su ofrenda. Pero como llevó su ofrenda con altivez, creyéndose superior a todos, Dios no lo miró con agrado.
Ahora estaba a punto de pasar la raya, y en su misericordia Dios quería advertirle para que no sucumbiera ante el deseo de venganza, porque su hermano era inocente. Sin embargo, dominado por su propio pensamiento Caín desestimó la voz de Dios, y llevando a Abel con engaños al campo, lo golpeó y asesinó. El complejo del hermano mayor cobraba así su primera víctima.
¿Cómo evitar ceder al deseo vengativo que produce el complejo del hermano mayor?
Caín sucumbió ante el pecado, y cometió asesinato contra su hermano menor. Pero esto no necesariamente es el destino al que tú debes llegar. “El pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él”. Tú puedes revertir el síndrome de Caín. Si tomas la recomendación Divina, puedes superar las inclinaciones del complejo del hermano mayor. ¿Cómo hacerlo? Aquí hay algunos pasos:
1. Cambia tu corazón por medio del arrepentimiento
Caín no tomó en cuenta el llamado de Dios al arrepentimiento, pero tú puedes hacerlo. Siempre que hay impulsos homicidas (incluyendo la envidia y los celos), detrás está el maligno alentando esos sentimientos. Juan, explicando este asunto, aseveró: “Caín, que era del maligno… mató a su hermano. ¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas”. 2 Pero más adelante Juan agrega: “Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él.” 3
El primer paso para salir del complejo del hermano mayor, es identificar como homicidio el sentimiento que te lleva a aborrecer a tu hermano. Verlo de esa manera es lo que te permitirá tener una clara perspectiva de lo dañino del asunto, y guiarte al cambio de pensamientos y actitudes que te pasarán de muerte a vida.
2. Conoce el corazón del padre
No entender la manera de pensar y de sentir de su padre, fue lo que hizo quedar por fuera al hermano mayor del hijo pródigo. Su modo de pensar distaba mucho del de su padre. El padre celebraba porque había recibido con vida a su hijo que daba por muerto, y porque había recuperado al que estaba perdido. Pero el hijo mayor nunca entendió la misericordia y la gracia del padre.
Si quieres superar el síndrome de Caín, necesitas entender el amor de Dios. Una vez más, Juan abona a esta idea: “En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? 4
3. Recibe la paternidad de Dios
Recibir el abrazo de tu padre, después de haber depuesto tus malas actitudes, te transferirá el amor paterno que necesitas para abrazar a tus hermanos como un padre. Recibir la reafirmación como hijo, al dejar que cambie tu corazón, erradicará de ti el sentimiento que te induce a creerte un esclavo y no un hijo.
La palabra de Dios dice: “En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios. 5
4. Pide a Dios que te enseñe a amar al otro por medio de su Espíritu
Caín no pudo sobreponerse al pecado, porque la naturaleza pecaminosa lo dominaba, y según la enseñanza del Evangelio, por ti mismo, tú tampoco puedes. Al respecto Pablo dijo: “Porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago.” 6
Pero Dios nos ha prometido su ayuda para vencer el pecado. Podemos pedirle socorro por medio de la oración, y su Espíritu Santo vendrá presto en nuestro auxilio. Dice la palabra:
“Y recibimos todo lo que le pedimos porque obedecemos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada. Y éste es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y que nos amemos los unos a los otros, pues así lo ha dispuesto.
“El que obedece sus mandamientos permanece en Dios, y Dios en él. ¿Cómo sabemos que él permanece en nosotros? Por el Espíritu que nos dio.”
Leyenda:
1 Génesis 4:6-7 21 Juan 3:12 31 Juan 3:15 41 Juan 3:16-17 51 Juan 3:10 6Romanos 7:18-19 7 1 Juan 3:22-24
Libna Villegas de Parra
Medellín, Colombia.
Diseño: REDACTRÓNICA
No es obligatorio, se trata de una ofrenda voluntaria; si está en tu corazón ayudarnos a mantener nuestros programas evangelísticos, puedes hacer una donación a la Fundación NotiCristo.
Mira los otros capítulos de la serie y mucho más en la sección de DEVOCIONALES
Comments