Serie: ¡No te rindas!
# 3: Esperanza
“Y él se fue por el desierto..., y deseando morirse dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida…” 1 Reyes 19:4
No es igual que alguien se interne en un desierto por sus propios pasos, a que Dios le ordene hacerlo. Un desierto es un lugar inhóspito, estéril, cruel, con climas extremos que extinguen la vida. Por tanto, introducirse voluntariamente en un medio tan inexorable sin preparación, ni equipo básico vital, ni experiencia, sería una sentencia segura de muerte.
Y eso fue lo que hizo el profeta Elías, huyendo, presa del pánico, para salvar su vida, olvidó que el Dios Todopoderoso, que lo había librado en otras ocasiones y que hizo descender fuego del cielo para respaldarle, estaba con él.
¡Pero eso no fue todo! Al decidir dejar a su compañero, para seguir huyendo; se hundió en un problema más grande: Entrar a un desierto al que no lo habían enviado.
¿Qué podemos hacer cuando estamos inmersos en problemas tan graves y perdemos toda esperanza de salir ilesos?
1. ¡Enfócate en Dios!
Debes vencer el miedo que te paraliza, y te induce a pensar que estás derrotado aun antes de iniciar la batalla, pues te hace olvidar quién es Jehová, tu Dios, y que Él está de tu lado.
La ansiedad y el miedo crecen cuando te enfocas en ellos en vez de enfocarte en Dios y su Palabra. Jesús enseñó a sus discípulos que no tenían por qué enfocarse en la comida, la bebida o el vestido, si tenían un Padre Celestial que les suple2
2. ¡Enfócate en tus objetivos!
Identifica tus objetivos y sé persistente y determinado para alcanzarlos. Sigue el ejemplo de Pablo, que dijo: “Olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”3.
Tener esta actitud permitirá que enfrentes los problemas sabiendo que hay algo valioso por qué luchar. Al final, obtendrás el premio que Dios ha prometido a los que han vencido por completo4.
3. ¡Enfócate en tu misión!
A pesar de las circunstancias, mantén el enfoque en el llamado que Dios te ha encomendado. El apóstol Pablo afirmó: “De ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios”5.
Hacer eso dará sentido a tu vida y dejarás un legado que trascenderá mucho tiempo después que hayas partido de este mundo. Aún en medio de la adversidad, ¡vive la vida con esperanza! ¡No te rindas!
1 1Reyes 19 2 Mateo 6:25-34 3 Filipenses 3:13-14 4 2Timoteo 4:7-8 5 Hechos 20:24
Pr. Rigoberto Venegas
Serie: ¡No te rindas!
Departamento de Redacción NotiCristo.
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