Cuando ves mujeres defendiendo con tanta pasión la causa feminista, alguna vez te has preguntado: ¿Cuáles serán las motivaciones reales que las llevan a reclamar derechos y exigir trato igualitario, usando formas que podrían considerarse violentas?
¿No son estas formas, en todo caso, las que este movimiento atribuye a los mismos hombres, a quienes acusan de ser los causantes de todos sus males?
Una mujer no necesariamente necesita identificarse con un movimiento “feminista”, para sentirse representada delante de la sociedad. Y mucho menos cuando tal movimiento usa formas que en muchos casos resultan un tanto incoherentes.
Es loable la lucha, defensa y reivindicación de cuanta mujer haya sido maltratada, denostada, no visibilizada, asesinada o callada, tanto por algún hombre, como por cualquier movimiento sexista de la sociedad, donde también se incluye a mujeres.
Es innegable que existen hombres maltratadores que han sometido a muchas mujeres y niñas a abusos sistemáticos, crueles y malvados; y debe exigirse que sobre ellos la justicia y la condena correspondiente, venga de parte de la ley humana y también de la divina.
Pero cuando observas a un colectivo de mujeres que se moviliza, por redes sociales, marchas, programas de televisión, o radio, y notas el alto grado de efervescencia emocional y la violencia verbal y física con que lo hacen ¿No están mostrando la misma agresividad cruel y maltratadora que denuncian?
Creo que no es honesto pensar en un mundo donde las mujeres no necesiten a los hombres, ni estos tampoco a aquellas. ¿No fueron acaso ellos, paridos y criados por mujeres? Esta concepción de excluirse mutuamente, tiene un gran tono errático, y suena muy ilógica.
La ciencia biológica, refuta totalmente la necedad de rechazar la existencia del sexo opuesto, al poner en evidencia que son necesarios ambos para preservar la especie como lo estableció Dios al principio ¿ O acaso la intención real detrás de las violentas protestas, apunta a impedir que la especie sea preservada? ¿O es que se quiere eliminar la idea de un Dios regulador de su creación?
Hay un fenómeno de masas que se estudia ampliamente en la sociología y la psicología, y tiene que ver con el hecho de actuar de un modo específico, simplemente porque la mayoría lo hace de esa manera. Pero esa conducta se acepta y se comprende, en la etapa de la adolescencia, no en una sociedad madura que busca justicia y equidad más allá del género que se posea.
No pretendo ponerme en la vereda de enfrente contra el feminismo, en su totalidad. Por el contrario quiero estar cerca de movimientos que luchen por mejorar la vida de las niñas y de las mujeres, pero que lo hagan desde una mirada constructiva, inclusiva, y colaborativa.
Quiero ser y sentirme parte de un movimiento que acepte que vivimos en un mundo donde entramos todos: mujeres, hombres, niños, y niñas. Anhelo trabajar en pro de una causa donde lo que nos mueva sea el deseo de justicia, de reivindicación de derechos, de reconocimiento y valoración de los unos por las otras, y de las otras por los unos.
Basta ya de segregarnos por sexo, raza, nivel económico, o color de piel. Comprendamos de una vez por todas, este principio bíblico: En Cristo Jesús, “Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos nosotros somos uno en Cristo Jesús.” (Gálatas 3:28 PAR)
Pamela Amador
Redactora Creativa y Psicoterapeuta
Buenos Aires- Argentina
Dpto. de Redacción NotiCristo
Dpto. de Diseño: Desiree Tarrio
@desi_tarrio en Instagram y Telegram.
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Muy buen contenido Pamela, hay mucha verdad en lo que dices...