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Héctor J. Colombo

La crucifixión


Serie: “La pasión de Jesús”


Día 5: La crucifixión


“Llevaban también con él a otros dos, que eran malhechores, para ser muertos. Y cuando llegaron al lugar llamado de la Calavera, le crucificaron allí, y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda.” (Lucas 23:32-33 RVR1960)


Jesús sufrió el suplicio de la cruz, que los romanos infligían a esclavos rebeldes, grandes bandidos y criminales políticos. La muerte por crucifixión tenía carácter público y dimensión social. El condenado tenía que llevar él mismo el palo transversal por las calles de la ciudad, desde el tribunal hasta el lugar del suplicio, fuera de la ciudad, bajo el escarnio y el desprecio de la gente.


Todo hombre que era colgado en un madero llevaba sobre sí la maldición de Dios (Deuteronomio 21:23), No obstante, aquí se demuestra la grandeza de Jesús: Él tiene el poder de transformar la afrenta en virtud, la mentira en verdad y las tinieblas en luz.


Solo Él podía darle una connotación diferente a este hecho vergonzoso y convertirlo en el mayor triunfo en el plan de Dios para toda la humanidad, y a través de cada gota derramada, redimir a toda la humanidad del pecado y comprar nuestra salvación a tan alto precio. Sólo el hijo de Dios, el Cordero inmolado, sin mancha ni pecado alguno, podía tomar el lugar que nos correspondía a cada uno de nosotros.


Hoy, la Salvación está al alcance de todo aquel que se arrepienta de sus pecados, e invite a Jesús a vivir en su corazón. Si todavía no lo has hecho te invito a pronunciar esta sencilla oración:


“Señor Jesús reconozco que soy pecador, te ruego que me perdones y que de ahora en adelante entres en mi corazón y tomes el control de mi vida. Amén.”


Si por primera vez has hecho hoy esta oración, comunícate con nosotros. Haznos saber tu decisión.



Héctor Colombo

Serie: La pasión de Jesús

Departamento de Redacción NotiCristo


Diseño: @digitart_ad



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