-¿Cuándo sucederá?, ¿Será pronto? Hace algunas noches en el cielo tan límpido, y en medio de la negra noche, me pareció ver que una estrella fulgurante brillaba. ¿Será ésta una señal?, Algo palpita en mi interior muy fuerte, un sonido, una melodía, aunque... No estoy seguro, ¿Por qué ha de ser ahora?, Si ya hace tanto tiempo no hemos escuchado a ningún profeta hablar, son tantos años de angustia, de desolación y subyugación de nuestro pueblo, Pero... Jehová nuestro Dios nos prometió que enviaría a un libertador ¡Cuánto te anhelamos Mesías! ¡Oh Jehová Dios, no te olvides de nosotros!, en ti esperamos...
-¡Eah Kemuel, No te descuides! -Gritó Elisama- Hemos de tener mucho cuidado, nos han dicho que hay un par de leones merodeando por esta región.
Fueron las palabras que de manera abrupta interrumpieron las cavilaciones de Kemuel, en medio de aquella gélida noche en los inhóspitos parajes de Palestina, entre pastores que cuidaban el rebaño con corazones apesadumbrados.
-¿En qué piensas Kemuel? -Dijo Elisama- ¿Aun soñando con el famoso Mesías? ¿Cuánto hace que escuchamos ese lindo cuento?... Y míranos ahora, aún después de tantos siglos, sobreviviendo en medio de este desastre, ¡calamidad tras calamidad! Yo estoy cada vez más convencido que Jehová Dios se olvidó de nosotros.
-No hables así- le espetó Kemuel, - las palabras del profeta fueron claras cuando dijo que así como sucedió en tiempos de Gedeón y Madian, sería quebrado nuestro pesado yugo de opresión, y que nacería el Admirable, el Príncipe de Paz, quién sería el mismo Dios con Nosotros, nuestro libert.....
-Jajaja, ¿tú todavía creyendo esa linda historia? ¿Qué tal muchachos?, ¿Lo están oyendo?- Al unísono se escucharon las risas del resto de los pastores que estaban allí con ellos- Si ya hasta Jehová se cansó de nuestras fiestas, de nuestras lindas canciones, y nuestras celebraciones, ya no hay nada que celebrar, solo resta resistir y sobrevivir, te digo, con esos sueños e ideas de liberación solo terminarás frustrado y decepcionado.
Ignorando las risas y las chanzas, Kemuel de manera segura y firme responde:
-No, yo siento algo, creo que algo muy pronto sucederá, creo que la canción y la celebración volverán, he visto la estrella, ¿Tú no la has visto?
-¿Cuál estrella? No tengo tiempo de estar soñando y viendo las estrellas, bien sabes que el trabajo ha sido duro y con los impuestos tan elevados de los romanos escasamente queda para comida, y ahora menos, justo cuando acabamos de recibir a nuestro tercer hijo mi esposa y yo, -Responde Elisama.
-Yo si la he visto- se escuchó decir de manera tímida al rudo y tosco Jefté, quien se acercó- hace unos días atrás vi una estrella que repuntaba fulgurante, pero en medio de las ocupaciones y preocupaciones no le he prestado mucha atención, mira es aquella, -dijo señalando- aquella que está al norte y repunta allá en el horizonte señalando hacia Belén.
-Si es cierto- dijeron todos los presentes al verla- ¿que habrá de ser esa estrella? -Se preguntaban.
Con vehemencia Kemuel exclamó:
-Mis queridos hermanos, es lo que les decía, tal y como lo declaró el gran profeta Isaías "No habrá siempre oscuridad para la que está ahora en angustia; pues al fin llenará de gloria el camino del mar, de aquel lado del Jordán, en Galilea de los gentiles. El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos." Esa hermosa estrella es tan solo el anuncio de que la luz ha llegado a estas tierras desoladas, no sé cómo ni cuándo, pero sé que Jehová Dios lo hará.
-Es cierto, lo dijo claro el profeta- exclamó Jefté- Nunca las palabras de Jehová dada por boca de sus profetas ha sido incumplida, ¿se recuerdan el canto de nuestro padre Moshé? Aquel que también cantaron nuestros padres cuando enfrentaban al gran enemigo en tiempos de nuestro rey Josafat? Hace tanto tiempo que no lo cantamos entre nuestros cantos pastoriles,
"¡Glorificad a Jehová porque su misericordia es para siempre!,
¡Glorificad a Jehová porque su misericordia es para siempre!
¡Glorificad a Jehová porque su misericordia es para siempre!"
Y en medio de aquella gélida noche, acompañado del balido de las ovejas, uno por uno comenzaron a unirse a este canto maravilloso, y aquel inhóspito paraje de palestina comenzó a llenarse del sonido que brotaba de las gargantas de aquellos sencillos y toscos pastores, mientras que en sus atribulados y cansados corazones comenzaba a aflorar un rayito de esperanza.
Entre toda la algarabía de balidos y cánticos mezclados que fue surgiendo, de pronto aquella noche se impregnó de una luz fulgurante y radiante, un gran esplendor, y apareció de manera gloriosa e impetuosa un ser angelical, y de súbito fue interrumpido todo sonido, cayendo entre ellos gran miedo, Pero el ser angelical les dijo:
-No tengan miedo, traigo buenas noticias que les darán mucha alegría a todos. Hoy en Belén, el pueblo del rey David, ha nacido un Salvador, que es el Mesías esperado, el Señor. Como señal, encontrarán a un bebé envuelto pañales, acostado en un pesebre.
De repente, junto al ángel, apareció una gran multitud de ángeles del cielo, y todos alababan y cantaban a Dios una sublime melodía:
¡Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!
¡Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!
-¡Lo sabía, lo sabía! -gritaba extasiado Kemuel. Jefté se limpiaba el rostro lleno de lágrimas de alegría, mientras Elisama y los otros aún en shock, no salían del asombro.
- Vamos corriendo hermanos, apresúrense- les dijo Kemuel- es tiempo de conocer al Mesías, a nuestro Rey y Libertador...
“Así que fueron de prisa, y hallaron a María y a José, y el niño estaba acostado en el pesebre. Al ver al niño, contaron lo que se les había dicho acerca de él.” (Lucas 2:16-17 RVC)
Aun hoy, milenios después, se escucha muy potente aquel hermoso canto que sonó aquella noche en las afueras de Belén, aún palpitan nuestros corazones con regocijo, al compás de sublimes melodías, evocando aquel glorioso día, en que este oscuro mundo recibía al Creador y Salvador.
Él es canción, el más dulce son,
Su llegada nos ha traído
Vida Eterna y Salvación.
Pr. Sergio David Villegas
Serie Especial: La Navidad es Cristo
Departamento de Redacción NotiCristo
Diseño: Desiree Tarrío
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