Septiembre fue el mes de la Biblia, un tiempo para celebrar que tenemos en nuestras manos, el manual de vida de nuestro creador. Pero al reflexionar en ello, he llegado a pensar que si bien es importante conmemorar un mes para ella, Jesús se agradaría más si la viviéramos.
Incorporar los valores bíblicos a tu vida, no es tarea sencilla, pero el primer paso siempre será acercarte a ella con un corazón dispuesto, una actitud abierta y un espíritu enseñable.
Tenemos la dicha y la bendición en este lado del mundo de poder usar el texto sagrado con total libertad. Podemos compartirla, imprimirla, estudiarla, y disfrutar del gozo que su estudio trae a nuestras vidas.
Hoy día la tenemos la Biblia en diferentes formatos: impresas, en apps, en audio, y también en videos. Hay planes de lectura bíblicos, programas de estudio, devocionales, y muchos libros al respecto de cómo leer, estudiar e interpretar las sagradas escrituras.
Todo eso es digno de celebrarse, y mucho más al recordar lo mucho que costó, y cuantos tuvieron que morir, para que hoy disfrutemos de ese enorme privilegio. Pero lo más importante en el mes de la Biblia siempre será tomar la decisión de aplicar a nuestras vidas sus mandatos.
Un libro multiforme
Todo lo que está impregnado de Dios tiene su esencia. Y su gracia multiforme está perfectamente plasmada en su libro. Desde el punto de vista literario, la Santa Palabra contiene los géneros más usados en la composición escrita: prosa, narrativa, poesía y crónicas, entre otros.
Si lo vemos desde una visión histórica, su valor es incalculable, no tan solo por la variedad de historias que documenta, ni por los espacios geográficos descritos en ella, sino también por su gran riqueza idiomática y cultural, sin la cual sería casi imposible entender aspectos de algunas de las civilizaciones más antiguas del mundo.
La Biblia también contiene aspectos políticos y de orden gubernamental, que aun sirven de base para muchas de las estructuras legislativas de nuestros países. Las universidades de muchas naciones siguen estudiando preceptos y principios del derecho que emanan del canon bíblico.
Una de las miradas más interesantes que puede dársele a las Sagradas Escrituras, es desde el punto de vista filosófico: desde siempre el hombre busca responder preguntas existenciales que justifiquen su vivir, y ningún otro libro trae tanta paz y respuestas como este.
La Biblia revela tu propósito
Por mucho tiempo yo misma busqué, estudié, investigué y practiqué ejercicios tratando de entender quién soy, de donde vengo, porque estoy acá, y hacia dónde voy. Pero fue muy difícil encontrar que cada quien tiene una teoría al respecto, pero nadie te da garantías de nada.
Sin embargo, entender y creer que Yo soy lo que Dios dice en su manual que soy, me resultó absolutamente liberador. Quitó la abrumadora carga de etiquetas que otros trataron de endilgarme, o que yo misma me había puesto, y le dio una nueva dimensión a mi autoestima.
Entender el propósito de mi vida, la razón por la que estoy en este mundo se convirtió para mí en una obsesión durante un buen tiempo, incluso siendo ya cristiana quería que alguien viniera y me lo dijera, hasta que un sabio amigo me dijo estas palabras: “Si no sabes leer, no puedes escribir, y si no sabes escribir, no puedes componer”. Entendí que el propósito no era algo para hacer, sino para desarrollar.
El libro sagrado contiene infinidad de consejos, recomendaciones y directrices. Tiene muchas parábolas y ejemplos para los que aprendemos de otras formas, presenta solución a un sinfín de situaciones, de seguro si aplicas alguno de sus principios a cualquier situación, lograrás encontrar la respuesta a cualquier inquietud.
Podría seguir describiendo este libro maravilloso, porque hay mucho más para decir, Pero quiero cerrar con dos cosas que hacen de la Biblia un libro realmente único: Lo primero, es su autenticidad, ya que ningún otro documento histórico en todo el mundo ha sido sometido a tantos estudios y pruebas sobre su veracidad sin que se demuestre que es falso. Ni siquiera con toda la tecnología, lo han podido demostrar, y mucho menos lo harán con todas las teorías rebuscadas que lo intentan, por la sencilla razón de que ella es la verdad.
La Biblia es manantial de vida
Lo segundo, es que la Biblia es palabra viva. No hay otra forma de explicar cómo se puede leer el mismo pasaje una y otra vez y en cada una encontrar distintos significados, nuevas miradas, y diversas aplicaciones, sin entrar en detalle de las conexiones tan perfectas como se concilian libros escritos con cientos de años de diferencia el uno del otro.
Leerla es increíble, pero estudiarla es fascinante, al principio parece compleja, pero cuando te acercas a ella con un corazón de aprendiz, Dios te irá mostrando cosas que antes no veías, y su Espíritu te habilitará para entender su significado.
Anímate a leerla, pero mucho más, disciplínate para aplicar sus enseñanzas. Cuando lo hagas, tu transformación será inevitable: “Porque serás como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto.” (Jeremías 17:8)
Autor: Chris Barroso
Buenos Aires, Argentina
Diseño: Arvic Rodríguez
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