En este artículo daremos una introducción al complejo mundo de las Neurociencias, las cuales han ido cobrando cada vez más relevancia en la sociedad actual por sus múltiples usos y aplicaciones en casi todas las áreas del conocimiento humano.
Las Neurociencias son un amplio conjunto de disciplinas que estudian el sistema nervioso central del cuerpo humano, hace unos 25 años era una información reservada para médicos, más específicamente para neurólogos, sin embargo, con el avance de la tecnología hemos ido comprendiendo cómo funcionan ciertas estructuras de nuestro cerebro y por ende de nuestro cuerpo.
El cuerpo humano aunque complejo, no dista mucho del funcionamiento de una orquesta sinfónica, donde una gran cantidad de instrumentos, se acoplan para sonar al mismo tiempo, creando una hermosa melodía, todos coordinados por su director, quien solo con un movimiento de su mano, puede alterar y cambiar el resultado final.
En el caso de nuestro cuerpo quien lleva la batuta de todo es el sistema nervioso central y de ahí deriva la importancia de su estudio.
Las Neurociencias tienen implicaciones en áreas tan diversas como el marketing, la educación o la tecnología, ya que sus hallazgos la han colocado como eje transversal para el entendimiento de algunos fenómenos que antes se creía que no tenían ninguna relación entre sí.
Uno de los descubrimientos más importantes de su estudio, es la neuroplasticidad. Antes se consideraba que cada persona venía con un nivel de inteligencia determinado por su genética, incluso se usaban algunos test para medir el coeficiente intelectual de una persona, sin embargo, hoy en día se sabe que el cerebro tiene la capacidad de aprender y desaprender sobre cualquier cosa a cualquier edad, esta revelación vino a derrumbar muchos mitos en especial en nuestro sistema educativo.
Otra de las áreas que ha sido totalmente revolucionada por las Neurociencias es la salud, en el pasado se estudiaban las enfermedades como fenómenos aislados, observando el órgano del cuerpo donde se creía que estaba la causa de la misma.
Gracias a las investigaciones, ahora se sabe que todos nuestros sistemas están interconectados, cosa que ha llevado a los médicos a tratar el cuerpo de forma integral y cada vez es más frecuente que los galenos, no solo receten fármacos para contrarrestar de forma química algún padecimiento, sino que a la par te sugieran por ejemplo, no ver noticias, o caminar 30 minutos diarios, para tratar otras causas asociadas a la enfermedad, tales como el estrés o la ansiedad, las cuales tienen una altísima incidencia en el desarrollo de enfermedades y que lamentablemente son moneda corriente en la sociedad actual.
Pero, aunque estos son estudios muy novedosos, desde hace mucho tiempo la Biblia establecía recomendaciones al respecto, porque daba por sentado que existe una relación entre el cuerpo y la mente.
El apóstol Pablo escribió a los Filipenses diciéndoles: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.”(Filipenses 4:6-8 RVR1960)
En otra palabras, Él estaba afirmando que llenar tu mente de cosas buenas, iba a disminuir tus niveles de ansiedad, por reducir el afán, repercutiendo en el cuidado del corazón (El órgano más afectado por el estrés, que es una de las principales causas de los infartos al miocardio).
La ciencia vino a confirmar lo que ya estaba escrito: La calidad de tus pensamientos determina tus emociones y estas a su vez, inciden en tu conducta y en tu salud. Es así como hoy podemos saber que desarrollar empatía y hacer que el otro se sienta escuchado, valorado y comprendido, aumenta el tamaño de los telómeros que son unas estructuras que se encuentran en los extremos de los cromosomas y que afectan la longitud de vida de las personas.
De esta forma tan natural, se demuestra que el amor cura, incluso a nivel genético y celular. Amar a los demás puede alargar tanto tu vida como la del otro. Esto ya no es un cliché, ahora es un hecho científico.
Deseo que este pequeño abrebocas sobre el fascinante mundo de las Neurociencias, haya despertado en ti preguntas e inquietudes que te lleven a acompañarme en una próxima oportunidad para ir descubriendo juntos todo lo que este apasionante mundo tiene para ofrecernos.
Tú que piensas, ¿Te animarías a prescribir gotitas de empatía y dosis de amor por donde quiera que vayas?
Autor: Chris Barroso
Buenos Aires, Argentina.
Diseño: @desi_tarrio en instagram
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