A finales del año 2019, la OMS recibió los primeros reportes de un brote de gripe rara en china, producida por una cepa desconocida de coronavirus, que rápidamente se extendió por todos los continentes del mundo, convirtiéndose en un problema global, y declarada pandemia en el mes de marzo de 2020, bajo el nombre de COVID-19.
La pandemia del Coronavirus, produjo un impacto a escala mundial: los sistemas de salud de muchas naciones colapsaron, muchas vidas se perdieron, y se decretó en la mayoría de los países un confinamiento obligatorio para impulsar un aislamiento social que buscaba detener la feroz cadena de contagios.
Por primera vez en muchos años, las familias se quedaron en sus casas durante todo el día. El sistema laboral se convirtió en teletrabajo, las escuelas pasaron a ser virtuales, el internet se convirtió en el mundo paralelo al que la gente salía desde sus hogares, y hasta las tiendas se transformaron a la modalidad on line, convirtiendo al delivery en una necesidad primordial.
Pero eso no fue lo único que cambió. Con el confinamiento mundial, se produjo la mayor transformación en la historia de una institución que durante siglos no había mutado. Fueron cerrados los templos, y la iglesia, esa institución históricamente presencial, tuvo también que reinventarse.
Se rompieron paradigmas acerca de lo que significa ser iglesia. Los templos fueron desplazados a la fuerza, y ya no eran el eje central de las congregaciones. Los servicios on line empezaron a multiplicarse. Los pastores y líderes cristianos fueron obligados por las circunstancias a actualizarse, pues si no lo hacían, corrían el riesgo de desaparecer como opción de iglesia para la gente.
Pero antes que sucediera todo esto, Dios, a quien nada le sorprende porque se anticipa a los acontecimientos, había preparado una multiplataforma virtual, que significaría una respuesta y un refugio para mucha gente que no encontraba la forma de seguir conectada a información relevante que alimentara su fe y les diera esperanza en medio de un tiempo tan difícil.
Dios había preparado a diferentes personas que se unirían en el mismo sentir, a un visionario curtido en aciertos y errores de varios emprendimientos comunicacionales, que recibió la inspiración de crear una plataforma comunicacional virtual, de gran alcance, y potencialidad ilimitada.
Así nació la comunidad virtual NotiCristo. Una multiplataforma comunicacional de contenido cristiano, que lleva información veraz, confirmada y equilibrada, a una colectividad on line, a la que alimenta con recursos de fe, moral y buenos principios, creados de manera exclusiva para impulsar la esperanza de la gente, edificando confianza en el amor incondicional de Dios para todos.
NotiCristo nació antes de la pandemia, pero fue el confinamiento social el viento que sopló sus velas para impulsarle como una opción comunicacional para gente que estaba sedienta de Dios y de su palabra.
Fue en ese tiempo de pandemia que empezó a consolidarse un equipo multidisciplinario que se contagiaría de la visión, y tomaría las riendas de la organización, impulsando definitivamente a NotiCristo como respuesta de Dios para las naciones.
En apenas dos años, la Fundación NotiCristo ha tenido un crecimiento sostenido y orgánico, que se mantiene gracias al trabajo colaborativo de ese pequeño equipo altamente comprometido y responsable, que a diario camina la milla extra para producir contenido que inspire y edifique a las multitudes que le siguen.
Ha sido todo un reto mantener al rumbo de la Fundación, pero Dios se ha glorificado en todo. Creemos que estos dos primeros años ha sido un tiempo de siembra y capacitación. De ver personas que llegaron al equipo sólo con ganas de aportar algo, que han sido entrenadas y formadas, y ahora emergen como columnas vitales para el trabajo de NotiCristo.
Hoy contamos con un equipo de trabajo multidisciplinario conformado por personas de diferentes países, y una comunidad de seguidores que sobrepasa las cinco mil personas, que ha mantenido un crecimiento eminentemente orgánico, con una aceleración muy fuerte en los últimos meses, que nos hace pensar que todavía no ha empezado el verdadero crecimiento de esta comunidad.
Hemos experimentado como cuerpo de creadores y colectivo de seguidores, diferentes cosas, juntos. Nos alegramos con las buenas noticias que publicamos, y lloramos con las que nos parecen lamentables. Hemos visto llegar gente muy valiosa, y experimentado la despedida de gente hermosa que también nos ha aportado valor.
Este año nos tocó despedir a una de nuestras colaboradoras iniciales, Anahis Alvarado, que disfrutó al poder cumplir, en NotiCristo, el sueño de su vida: ser periodista, escritora y manager de redes sociales de un medio masivo de comunicación. De otro modo no lo hubiera logrado, pues era paciente renal con complicaciones avanzadas por su enfermedad.
Cerramos este año con noticias lamentables para el mundo: Nuevas variables del Covid-19 están apareciendo para llenar de angustia las naciones. Pero también tenemos buenas noticias: Hay mucha expectativa de lo que vendrá en un futuro cercano para NotiCristo.
Esta plataforma también está mutando para abrir nuevos canales de comunicación que contagien con fe y esperanza a la gente del mundo. En enero de 2022, se vienen cambios muy positivos para la fundación. Nuestro deseo es evolucionar y desarrollarnos para ofrecer a nuestra comunidad, contenido de calidad, que pueda no solo leer, sino también escuchar y ver.
Queremos ofrecerle a nuestra gente Información con la que pueda crecer y empoderarse, y que les permita interactuar y participar de lo que Dios está haciendo en la fundación, y con la comunidad NotiCristo.
Este año quedó abierto un canal de participación a través de Givinway, para los que quieran convertirse en colaboradores financieros de nuestra fundación, para impulsar con sus aportes económicos la visión que Dios nos ha encomendado.
Al término del 2021 podemos decir: ¡Ebenezer! Hasta aquí nos ha ayudado Jehová. Y esto es promesa y garantía que lo seguirá haciendo. Dios es nuestro compañero, socio principal y director de operaciones. Él nos guía, nos bendice y nos abre puertas.
Esperamos el 2022 con expectativa, aguardando con fe las cosas buenas que Dios tiene preparadas para toda nuestra comunidad NotiCristo.
Queremos desearle a toda nuestra gente un muy feliz año nuevo, lleno de las bendiciones de Dios, en el pleno cumplimiento del propósito de Dios para sus vidas. ¡FELIZ AÑO NUEVO 2022!
Contagiemos de fe al mundo, compartamos las buenas noticias de Dios a las naciones.
¡Hagamos viral los contenidos de Noticristo!
Pr. David Parra
Director del departamento de Redacción
Fundación NotiCristo.
Dpto. de Diseño: Marco Gentile
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