Serie: El sentido de la navidad
Día 3: ¿Por qué tanto revuelo?
Era la primera noche de navidad de la historia. El silencio del humilde pueblo de Belén, fue interrumpido de pronto por un estruendo en los cielos. Los pastores que velaban la guardia en el cuidado de sus ovejas, fueron sorprendidos por el temor, cuando un ángel se les apareció trayendo un confuso mensaje:
-He aquí les doy noticias de mucho gozo, que son para todo el pueblo- decía el ángel con júbilo- Les ha nacido hoy en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor.
Y como si fuera poco, en el cielo se empezaron a formar juegos de luces, y al son de trompetas, muchos ángeles cantaban celebrando algo que los pastores no terminaban de entender.
Era imposible dejar de preguntarse, ¿Por qué tanto revuelo? ¿Qué era aquello? y cuando los ángeles desaparecieron, decidieron ir ellos mismos a buscar la dirección y la señal que habían recibido: "Esto les servirá de señal, hallarán al niño en pañales, acostado en un pesebre".
Cuando llegaron al establo, y vieron el pesebre con el niño, empezaron a glorificar a Dios, testificando a todo el pueblo lo que los ángeles habían dicho.
Por el mismo tiempo en la ciudad de Jerusalén, también se producía un alboroto. Unos magos orientales llegaron preguntando por el rey de los judíos que había nacido.
"Hemos seguido su estrella desde el oriente, y venimos a adorarle" -dijeron.
Herodes, el monarca, ofuscado por tal noticia, y celoso de la posibilidad de que se levantara un rey que pudiera suplantarle, envió a buscar al niño de linaje real que había nacido, y al no encontrarlo, se turbó, y toda Jerusalén con él.
Entonces su furia produjo un revuelo doloroso en la ciudad de David, por orden suya se empezó a quitar la vida de los niños menores de dos años, con la intención de evitar que se levantara un futuro soberano que quitara a Herodes del trono.
Dos mil años después, sigue habiendo revuelo cada año. Una vez que se acerca diciembre y navidad (no por certeza, sino por tradición) se prende un tumulto, y algunos buscan al rey que nació para adorarlo, y otros celebran la fiesta sin encontrarlo.
Se preparan comidas, se adecúan las mesas. El vino se descorcha y se prende la fiesta. Se arreglan arbolitos, se explota la pólvora. Se reparten juguetes y se enciende la juerga. Pero muchos no entienden el porqué del jolgorio. Tan solo se divierten siguiendo el samplegorio.
Y cuando a alguno se le ocurre preguntar: "¿Por qué tanto revuelo?" La mayoría responde la cantaleta que saben pero que no entienden a plenitud: "Es por la navidad". Y sin deducir muy bien lo que pasa, se sigue a rienda suelta, la fiesta y la comparsa.
Debe haber sido por esa razón, que cuando le pregunté a mi papá, siendo apenas una niña, por qué había tanto alboroto los diciembres, él me respondió con una frase que en ese momento no entendí: "Es la locura de la gente que busca excusas para celebrar, y no razones para adorar".
Pero cuando entendí la hermosa historia detrás de la navidad, y el motivo de amor que impulsó a Dios a entregar a Su hijo, permitiéndole a María, abrigarlo y amamantarlo, mi corazón se llenó de gozo, y adoré como los pastores, al descubrir el misterio que cantaban los ángeles.
Desde ese día en adelante, la navidad cobró un nuevo sentido para mí. Y cada vez que llega esta fecha, mi oración es que el misterio pueda ser revelado a cada quien, y Cristo pueda nacer en cada corazón, y encender una celebración particular de navidad en la vida de cada persona que reconozca que el Salvador nació para traer luz a un mundo en oscuridad.
“He aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: 11 que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor.” Lucas 2:10-11
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Pra. Libna Villegas de Parra
Serie: El sentido de la Navidad
Dpto. de Redacción NotiCristo
Dpto. de Diseño: Desiree Tarrio
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