Serie: Promesas de Dios
#5. Promesa de Respuesta
Cuando éramos niños pequeños y queríamos algo íbamos donde nuestros padres y les pedíamos nos compraran el objeto de nuestros anhelos: Un juguete, un par de zapatos, unos lápices de colores, o un helado.
Cualquier cosa que estuviera en nuestro corazón simplemente lo pedíamos; no nos deteníamos a pensar si nuestros papás lo podían comprar o no. Muchas veces nos compraron cosas a causa de ser insistentes.
Un detalle importante es que siempre éramos muy específicos en nuestras peticiones. Cuando oramos a nuestro Padre Celestial, también es importante ser específico en nuestras peticiones, y sobre todo evaluar cuál es la intención del corazón en nuestra petición. Jesús dijo:
"Pidan y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá. Porque todo el que pide recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre." Mateo 7:7-8
En otra parte de la Escritura dice que no recibimos lo que pedimos porque pedimos mal, sólo para gastar en nosotros mismos, y en nuestros deseos. Dios no quiere que seamos egoístas, anhela que tengamos un corazón parecido al suyo, que fue capaz de despojarse de su lugar de privilegio en el cielo para darnos lo mejor de sí: Su propia vida en la persona de Cristo.
Dios siempre responde a nuestras oraciones, nunca deja de hacerlo. Puede que la respuesta sea sí, no, o espera. Pero siempre habrá una respuesta.
Para garantizar que estemos pidiendo bien, es necesario evaluar nuestras peticiones con algunas preguntas: ¿Es sólo para satisfacer un capricho personal? ¿Sólo me beneficia a mí? ¿Trae honra a Dios mi petición? ¿Contribuiré con esto a la extensión del reino de Dios?
Sigamos orando, confiando y esperando, porque la respuesta de Dios a nuestras oraciones será la más conveniente, la más adecuada y la que satisfará de la mejor manera posible nuestras necesidades y anhelos.
Beverly Guevara
Dpto. de Redacción NotiCristo
Serie: Promesas de Dios
Dpto. de Diseño: Marco Gentile
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