Serie: Metas
Día 2: Proyección
¿Qué expectativas tienes para el 2022? ¿Cuáles son mis deseos, aspiraciones, y metas?
Poder diferenciar qué es un deseo, una aspiración o una meta es clave a la hora de elevar las posibilidades de llegar a un objetivo definido.
El deseo es la intención de una persona para alcanzar una cosa concreta. Forma parte de una emoción que puede impulsar las acciones del individuo para alcanzar su objetivo, sin embargo, el deseo no es garantía de realización.
Aspiración, por su lado, implica tener la intención y la esperanza de alcanzar un fin. Por sí solo, tampoco garantiza que se concreten los objetivos.
Por su parte, una meta es un objetivo, una marca, o un punto focal, al cual se aspira llegar, dando pasos específicos hacia su prosecución. Una meta amerita planificar acciones concretas con etapas, fechas y maneras en que se harán las cosas.
Ahora bien, ¿Qué hay acerca de esos deseos profundos que nunca se realizaron por falta de tiempo, por prejuicios, por temor a fracasar o simplemente porque no confiábamos en nuestro potencial?
Quizás existan cosas imposibles de lograr, porque ya caducaron, y no se puede volver el tiempo atrás, pero lo importante es entender que el componente más relevante en tu vida sigue ahí latente y eres tú mismo.
Si en tu mente y corazón existen aún deseos y aspiraciones estás a tiempo de convertirlos en una meta por alcanzar. No estamos condenados a la frustración continua. Podemos alcanzar metas tan variadas y distintas como personas hay en el mundo.
Dios promete a su pueblo lo siguiente: “Estoy a punto de hacer algo nuevo. ¡Mira, ya he comenzado! ¿No lo ves? Haré un camino a través del desierto; crearé ríos en la tierra árida y baldía.” (Isaías 43:19 NTV). Esa promesa expresa que Dios restaurará incluso oportunidades que parecían perdidas.
Proyectarnos firmemente hacia el futuro, demandará que diseñemos un "Plan de vida", un programa integral donde se incluya la parte física, la emocional, la espiritual y la financiera.
Muchas personas creen que establecer metas y hacer seguimiento a las mismas es algo muy tedioso y por eso se rinden al primer fallo. Pero la mayoría de las personas que tienen logros son aquellas que se han fijado objetivos y han perseverado en ellos.
Cada vez que tengas un "fallo", hazte a la idea de estar entrenando. Que esa equivocación, o ese error se convierta en parte de un programa de adiestramiento, y que nunca sea considerado el resultado final del proceso.
Para que una meta pueda ser considerada como tal necesita tener al menos éstas tres características:
Alcanzables: Deben estar dentro de lo lógico y razonable según la situación. Por ejemplo, no sería razonable intentar rebajar 40 kilos en dos semanas.
Medibles: Para poder hacer seguimiento al alcance y avance de las metas es imprescindible llevar un registro e ir evaluando el proceso. Se registran fechas, cumplimiento de plazos establecidos, entre otras cosas.
Modificables: No se puede avanzar sin ser flexibles con la estructura usada para alcanzar las metas. Dependiendo de la meta, será necesario revisar cada cierto tiempo si el proceso está siendo efectivo; en caso contrario deberá ser reestructurado, modificado o readaptado.
Para incluir un plan integral, las metas para el año que viene, en la parte física deberían incluir el ejercicio físico, la disminución del consumo de azúcar, comida chatarra, y grasas. Incluir en la ingesta diaria al menos 8 vasos de agua, planificar al menos 7 horas de sueño cada noche, y no excederse en las jornadas laborales.
En la parte emocional, las metas deberían incluir la ayuda de un consejero o terapeuta que nos guíe en esos procesos del alma. Llevar un registro diario escrito. Conectar con amigos y familiares, para cultivar y restaurar relaciones rotas, y ayudar a otros que también necesiten.
Con respecto a la salud espiritual, debería tomarse en cuenta la interacción con la Biblia, la oración diaria, y el registro de las promesas divinas, recibidas en los momentos de intimidad con Él.
También desarrollar la parte espiritual ameritará descubrir los dones y capacidades de tu propio diseño, con el cual podrás enfocar tu servicio al Señor, y desarrollar una relación personal con Dios.
Por último, para desarrollar salud financiera, tendrás que planificar estudiar principios bíblicos acerca de la mayordomía cristiana, y ponerlos en práctica, así como investigar acerca del emprendimiento, y animarte a empezar uno.
Además, para proyectarte en función de tu situación actual, sería bueno seguir el consejo del experto en liderazgo, John Maxwell quien recomienda poner por escrito lo siguiente:
Cosas por las que estas agradecido, logros alcanzados, mejores momentos de tu vida, personas con las que pasas más tiempo, lugares con impacto positivo en ti, eventos importantes, momentos espirituales significativos, desafíos de crecimiento personal, metas financieras y otras cosas que quieras definir.
Para hacerlo, puedes dejar un espacio en blanco para cada renglón y allí ir describiendo cómo fue este año en esos aspectos, lo que te servirá para diseñar lo que quieres para el 2022.
Podrás reflexionar acerca de tus vivencias y así desarrollar tu plan para el futuro. Si acostumbras a llevar un registro escrito de tus experiencias, será mucho más sencillo seguir el plan.
En nuestro próximo contenido abordaremos el tema del seguimiento a las metas, y compartiremos algunas maneras de evaluar nuestras metas sobre la marcha ¡Espéralo!
Pamela Amador Fuentes y Beverly Guevara
Serie: Metas
Dpto. de Redacción NotiCristo. Dpto de Diseño: Jennifer Pérez @favifer7en Instagram
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