En los últimos meses ha sido tendencia en redes sociales el término red flags; nos encontramos, post, hilos y todo tipo de publicaciones que hablan sobre las banderas rojas como símbolo de alerta que indica que algo no está bien dentro de una relación, lo que hoy en día podríamos llamar señales de una relación tóxica; y por otro lado, nos encontramos con las green flags, banderas verdes que también se han viralizado en redes, con menor fuerza que las red flags, pero que indican que existe una relación sana y constructiva.
Podríamos ver las red flags y green flags como un termómetro: cuando nos hace daño un comportamiento, una palabra o una acción que recibimos, bien sea de un familiar, amigo, compañero de trabajo o de nuestra pareja, el termómetro empieza a indicar rojo ¡alerta! Hay algo que no está bien ahí, sin embargo, cuando el termómetro está en verde podemos estar tranquilos, pues esto es sinónimo de paz dentro de una relación.
Somos seres sociales, fuimos creados para relacionarnos, primeramente con Dios, y luego con las personas que están a nuestro alrededor; Dios dijo “no es bueno que el hombre esté solo”, y esto es porque las relaciones son importantes y llegan a ser determinantes en nuestra vida, es por eso que Dios está tan interesado en que tengamos relaciones sanas, bien sea sentimentales, familiares, de amistad o laborales.
Las relaciones interpersonales suelen ser de las cosas que más disfrutamos. Siempre he pensado que es un regalo de Dios tener personas con quienes compartir nuestros días, nuestras emociones, experiencias, tanto buenas como difíciles; sin embargo, las relaciones también llegan a ser complicadas cuando no se manejan de la manera correcta.
Es por eso que hoy quiero que tomemos un tiempo para analizar cómo son nuestras relaciones ¿sanas o tóxicas?
Te invito a hacer un ejercicio conmigo, piensa en tus relaciones más cercanas en este momento (sentimentales, de amistad, familiares, étc) y responde las siguientes preguntas que te ayudarán a identificar esas red flags o green flags:
¿Esta persona te quita la paz?
¿Esta persona te dice cosas que te hacen sentir mal?
¿Esta persona te maltrata? Es decir, usa palabras hirientes, te insulta, te empuja, te golpea, etc.
¿Esta persona absorbe tu tiempo? Quiere que todo lo que haces gire en torno a él o a ella.
¿Esta persona no tiene en cuenta tu opinión?
¿Esta persona no se alegra de las cosas que te hacen feliz?
¿Esta persona te lleva a hacer cosas incorrectas?
¿Esta persona no entiende los límites contigo? Es decir, pasa por encima de ti.
¿Esta persona te aleja de Jesús?
Red flags:
Si esta persona te aleja de Jesús, ¡Red Flag!, si te quita la paz, ¡Red Flag!, si sobrepasa los límites, o te maltrata, o absorbe tu tiempo, ¡Red Flag!
La respuesta a cada una de estas preguntas determinará lo sana o insana que es esa relación. Este tal vez parezca un ejercicio sencillo, pero es importante identificar esas conductas que muchas veces pasamos por alto, comportamientos silenciosos que van generando una ruptura en las relaciones, que van causando heridas y que finalmente terminan acabando con matrimonios, y aun con amistades, y lo peor de todo, pueden terminar alejándote de Jesús y del propósito que Él tiene para tu vida.
Green flags:
Si estar con esa persona te genera paz, ¡Green Flag!, si sus palabras afirman tu vida, ¡Green Flag!, si te escucha con atención cuando lo necesitas, respeta tus espacios y ocupaciones, ¡Green Flag! si te acerca constantemente a Jesús ¡Green flag!
Y es que es ésta es la mayor señal de que una relación es sana. Dios quiere para ti ese tipo de relaciones, esas que te construyen y te llenan de vida. La Biblia nos da un gran ejemplo con la historia del paralítico y sus amigos, un grupo de muchachos que subieron hasta un techo y lo rompieron con el fin de que su amigo estuviera cerca de Jesús.
Piensa en la respuesta a estas preguntas, no con el fin de cancelar o aprobar, sino con la intención de evaluar la manera en que te estás relacionando. Haz a Jesús parte de esto, ora por sabiduría y dirección para manejar cada relación de la manera que Él quiere.
Te invito a que busques al Padre en lo secreto, Él revela lo profundo de nuestro corazón y nos hace comprender qué cosas debemos mejorar para crecer en Su voluntad y en Su propósito, de manera que podamos reflejarlo a Él en cada relación que establezcamos.
Autor: María Fernanda Quintero
Bogotá, Colombia
Diseño: @REDACTRÓNICA
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