Serie: ¿Cómo tratar con gente difícil?
Día 1: ¿Soy difícil?
“El siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos…”
2 Timoteo 2:24 RVR1960
Un día recibí en mi consultorio a una pareja joven, bien agraciados, atléticos, de aproximadamente 30 años de edad, que llegaron referidos por una colega. Él entró primero, y ella detrás de él, un poco cabizbaja. Les pregunte cómo podría ayudarlos, y después de un breve silencio, ella empezó a hablar, con voz baja, suave, y nerviosa, jugando con sus dedos entrelazados.
-Estamos casados desde hace 3 años- dijo lentamente- y fuimos al médico, porque estamos planificando un embarazo… Pero…
Él no la dejó terminar:
-Ella es muy, muy difícil- dijo abruptamente, con tono de voz fuerte, e impaciente.
El silencio subsecuente no lo supe manejar. La cara de sorpresa de ella, y sus lágrimas a punto de brotar de los ojos llenos de amor, pero a la vez de pesar, inhabilitó mi respuesta. Ella rompió el silencio, encarándole con su voz suave, pero firme:
-¿Soy difícil?- y sin esperar respuesta, continuó- difícil es crecer sin padre ni madre; difícil es estudiar y trabajar simultáneamente para salir adelante; difícil es tratar de mantenerme físicamente bien, porque mi cuerpo es santuario del Espíritu Santo- En este punto entendí que eran cristianos o al menos ella lo era. Continuó:
-Y difícil es recibir un diagnóstico de VIH, sífilis y herpes genitales el mismo día, que es la razón por la que estamos aquí- dijo dirigiéndose a mí, y volviéndose a él, siguió- Difícil es saber que estoy sola, sin tenerte a mi lado para confortarme… y aún así, intentar seguir adelante, a pesar de la frustración, angustia, ansiedad y miedo de muerte que me asaltan- Ya en este punto las lágrimas fueron indetenibles, y entre sollozos terminó diciendo:
-Pero lo más difícil es quererte, y ver paulatinamente como tu interés se pierde… Entonces ¿Soy difícil?
Como médico, recibo pacientes con múltiples problemas: biológicos, espirituales y hasta mentales. Pero tratar estos casos siempre me resulta difícil. Esta expresión referida a las personas, define a aquellas que por su carácter nervioso, disconforme, o rebelde, deben ser tratadas con habilidad, inteligencia y esfuerzo.
Todos tratamos con personas difíciles en algún momento de la vida. Gente argumentativa, beligerante, egoísta, irreverente, torpe, tóxica o simplemente grosera. Requerimos aprender a relacionarnos con ellas. Porque tratar con personas difíciles es un ejercicio de paciencia, amor y gracia que fortalece el carácter, y moldea los resultados en la vida.
Acompáñanos en esta serie de cinco días, y descubramos cómo tratar con gente difícil…
Dra. Ilén Mata
Médico de familia
Epidemiólogo, y especialista en VIH-SIDA.
Departamento de Redacción NotiCristo
Diseño: @desi_tarrio
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