Para nadie es un secreto que el año 2021, al igual que el 2020, ha sido un tiempo de muchas batallas y pruebas. Pareciera que estamos en un entrenamiento intensivo, donde nuestro corazón se estiró hasta más no poder, y nuestras fuerzas se agotaron, nuestros ojos se han secado de tanto llorar, y sólo la esperanza ha sido la máxima compañera.
Todos hemos pasado por situaciones difíciles, y muchas veces los obstáculos, por lo difícil que se tornaba saltarlos, nos desalentaron y pensamos en desmayar, pero hoy, al mirar hacia atrás, después de cruzarlos con mucho esfuerzo nos damos cuenta con una sonrisa en el rostro, que no eran imposibles de vencer.
Y entramos en conciencia de algo muy importante: Hemos permanecido de pie en medio de la tormenta, porque creímos sin desmayar; Nos percatamos con regocijo, que hemos logrado avanzar y salir fortalecidos del trance, porque nos sobrepusimos a nuestra propia debilidad.
Pero toda esta victoria tan notable, tiene solo una razón: pudimos lograr superar nuestros límites, porque nuestro Dios ha estado con nosotros todo el tiempo, a dondequiera que estuvimos.
Él ha cumplido con nosotros, la promesa que le hizo un día a Josué: “Mira que te mando que te esfuerces, que seas valiente, no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo dondequiera que vayas” (Josué 1:9).
Por eso el inicio del año 2022, es un tiempo para dejar a un lado del camino las pesadas cargas de los viejos resentimientos. Es un momento propicio para aprender a perdonar, para reconciliarse con los seres queridos, e incluso también con aquellos que no lo son.
Es tiempo para amar y compartir con todos, sin angustias y sin afanes. Es momento de entender que mientras menos estresado y presionado estés, más felicidad y alegría tendrás junto a tus seres amados.
Si tienes familia y amigos, siéntete afortunado, y tómate el tiempo de estrecharlos, apretándolos fuerte, para que sientan tu corazón. Perdona y pide perdón a quien tengas que hacerlo, y a los que te son más cercanos, abre tu boca y dile cuánto los amas.
¡La vida es tan corta! hoy estamos, mañana no lo sabemos, por eso no hay tiempo que perder.
Regala AMOR, prodiga cariño, reparte mucho afecto, y agradece a Dios por cada momento de tu vida, por los buenos o también por los no tan buenos.
Que en este inicio de año, no falten las escenas de reencuentros en los hogares, y haya buenas sorpresas, para compartir en familia. Que prevalezcan las ideas de dar, de ayudar, de amar, y de agradecer; que se mantenga el ánimo para repartir alegría y dispensar felicidad, y que esas acciones se extiendan durante todo el año 2022.
Que el Dios de esperanza nos llene de mucho amor, de abundante paz, y de grandes alegrías, derramando sobre nosotros la gracia infinita de su maravilloso Espíritu Santo.
“Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.” (Hebreos 13:20,21)
Pra. Guaida El Halabi
Departamento de Redacción NotiCristo
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